La cantante estadounidense Katy Perry es una de las pocas artistas confirmadas para el concierto, este domingo 7 de mayo, con el que se celebrará la coronación de Carlos III en el Castillo de Windsor.
Pero su participación no se limita al show organizado por la BBC, ya que también fue una de las invitadas a la solemne ceremonia en la Abadía de Westminster donde el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la corona de San Eduardo, del siglo XVII.
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Para la ocasión, la intérprete de Firework lució un modelo de la firma Vivienne Westwood en color lavanda que acompañó con zapatillas blancas y el Three Row Pearl Bas Relief Choker, uno de los collares más icónicos de la diseñadora británica que murió en 2022, además de guantes al tono del conjunto de dos piezas y un enorme tocado.
Ahí iba todo muy bien para Katy Perry, pero ya en la abadía tuvo problemas para hallar su asiento, por lo que iba de un lado a otro, con cara de confusión y sin que nadie le ayudara, preguntando si había un lugar disponible, lo que de inmediato el momento fue captado y se viralizó en redes sociales.
Ante el revuelo, la misma artista se sumó y escribió en su cuenta de Twitter: “no se preocupen chicos, encontré mi asiento”.
Y cuando parecía que ya había acabado el sufrimiento, al salir de la abadía Katy estuvo a punto de caerse, pero logró mantener el equilibrio.
A pesar de ello, Katy Perry acaparó la atención previo a la ceremonia de coronación y muchos de los invitados le pidieron tomarse una selfie para conservar el momento.
La cantante estadounidense fue de los pocos artistas internacionales que aceptaron actuar en el concierto de la Coronación en el Castillo de Windsor, tras el rechazo de artistas británicos como Adele, Ed Sheeran, Harry Styles y Elton John, quien era uno de los mejores amigos de Lady Di.
Katy Perry no se negó a la invitación porque colabora con la British Asian Trust, una organización sin fines de lucro cofundada por Carlos III, la cual ayuda a pueblos pobres del sur de Asia e incluso fue nombrada por el monarca como una de sus embajadoras.
Aunque sí tuvo una petición: que fuera alojada en el Castillo de Windsor, lo cual aceptó el Palacio real británico. “Puede que publique mucho porque estaré en un castillo, de verdad. Es una locura”, confirmó al medio Extra la semana pasada.
Ante ello, los organizadores pudieron lograr un elenco ecléctico de estrellas musicales: desde Andrea Bocelli hasta Katy Perry, pasando por Lionel Richie, Take That, el barítono bajo galés Sir Bryn Terfel; la cantante y compositora Freya Ridings; el artista de soul clásico Alexis Ffrench y el pianista clásico Lang Lang.