Era 20 de marzo de 2003 cuando Irak fue invadido por Estados Unidos. “Yo tenía 18 años”, recuerda Keira Knightley, quien en ese entonces filmaba sus escenas como Elizabeth Swann en Piratas del Caribe – La maldición de Perla Negra, el papel que la volvería famosa a nivel internacional.
Estados Unidos y el Reino Unido presionaban a las Naciones Unidas para ganar puntos a favor de la guerra en Irak, pues argumentaban que el régimen de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva. Entonces, un correo electrónico con Frank Koza como remitente donde se exhibían estas demandas llegó a manos de Katharine Gun, una traductora de la agencia de inteligencia del Reino Unido.
Gun filtró esa información a los medios de comunicación, tras lo cual se revelaron las intenciones de Estados Unidos y el Reino Unido y ella fue perseguida por su gobierno. “Recuerdo el desarrollo de ese conflicto, pero no recordaba en absoluto la historia de Katharine Gun”, dice Knightley, quien da vida a esta mujer en la cinta Secretos de Estado que estrena el día de hoy en salas comerciales.
Con la dirección de Gavin Hood (Eye in the sky), Knightley protagoniza esta historia junto a Matt Smith, Matthew Goode, Ralph Fiennes y Rhys Ifans. El filme se basa en estos hechos reales que se desarrollaron en 2003 y que causaron un escándalo mundial, pues Estados Unidos pedía al Reino Unido espiar al Consejo de Seguridad de la ONU, integrado entonces por Angola, Camerún, Chile, Guinea, Pakistán y México.
“La guerra en Irak fue el primer conflicto que realmente viene a mi cabeza. Recuerdo todo el discurso político de ese momento y el hecho de que hubo enormes protestas públicas. Por lo tanto, el impacto que tuvo en mi generación fue grande y todavía hoy vivimos las consecuencias: la privación de derechos que mucha gente sintió y la cuestión de la responsabilidad del gobierno”, cuenta la actriz.
Para dar vida a este personaje, la actriz tuvo la oportunidad de encontrarse con la verdadera Katharine Gun. “Fue fascinante porque era la única vez que yo hablaba con alguien que literalmente no podía responder ninguna pregunta por razones legales, ya que todavía está obligada por la Ley de Secretos Oficiales. Entonces fue como, ‘ah, bueno, esto sigue siendo muy serio’, recuerda.
Para la actriz, Secretos de Estado tiene una relevancia particular en estos días. “Creo que la cuestión de la responsabilidad del gobierno sigue ahí. Como ciudadanos, ¿qué querríamos que suceda si supiéramos que nuestros políticos no están diciendo la verdad? ¿Debería haber consecuencias por ello? ¿Hay consecuencias por ello? Creo que son interrogantes muy interesantes que todos deberíamos plantearnos”.
“Creo que todo eso es muy relevante para el mundo en el que nos vivimos hoy, así que mientras leía el guion pensaba que en cierto modo se trataba de una pieza histórica, y en otro, ha moldeado completamente el mundo en el que vivimos y el discurso que tenemos hoy, los medios y la política. Así que es interesante cuando, como espectador, ves una historia que te hace cuestionar el mundo que nos rodea en la medida en que yo sentí que esta lo hacía”, finaliza.