La primera actriz, María Victoria, no está deprimida por la larga pandemia que se vive por el coronavirus en el mundo, motivo que la ha limitado a salir, ver a sus amistades del gremio, al grado que este año como tiene acostumbrados a todos, no habrá la cena de pozole que realiza en su casa del Pedregal.
Contenta de hacer su primera entrevista vía zoom, nos cuenta de estos sentimientos que le ha provocado estar encerrada en casa. “Lo que pasa es que lo tiene a uno nervioso esta pandemia, porque me enfermo de eso y con qué me alivio, no hay medicina, dices ‘¡buenos días!’ pero qué tienen de buenos si la gente está de mal humor”, expresó sonriente la cantante.
Lo que va extrañar es la tremenda pozoliza que brinda a sus amistades desde hace más de 40 años en su hogar. “Cuando me hablan (por teléfono) les digo que me perdonen, pero esta vez no habrá pozole”, lamenta.
Reveló que durante estos meses que lleva de confinamiento, se enfermó de una bacteria que le provocó algunos malestares. “Se me metió una bacteria en el estómago, me amoló mucho porque se me llenó el brazo de pus, se me inflamó y si me llega a los ojos me quedó ciega, pero salí de todo bien, a la fecha me siento bien”, dijo la protagonista de La criada bien criada.
Con mucho entusiasmo no descarta volver a los escenarios de teatro luego de su última obra musical Perfume de Gardenia que tuvo éxito. “Después de cuatro meses ya se extraña el trabajo y estoy lista para cualquier proyecto, no hay que quejarnos, Dios nos está cuidando”, expresó.
A sus 87 años, el tema de la muerte no le da miedo, confirma. “No me da miedo la muerte, lo que me da miedo es una agonía fea, y no tener tiempo de pedirle a Dios que me dé su bendición”.
Considerada una de las actrices de Época de Oro del cine mexicano, con más de 50 películas en su haber, 15 telenovelas, premios a mejor actriz y algunas canciones como Cuidadito que fue su éxito rotundo, manda un mensaje a todos sus fans que se han preguntado por ella.
“Quiero saludar a todo el público, extraño sus aplausos, su cariño que me demuestran y a todos mis compañeros, que Dios nos cuide a todos y hay que tener paciencia por nuestro bien”, finalizó María Victoria.