La vista de Wall Street desde Hollywood tiene dos caras

Hollywood es inherente a Wall Street. Y aunque las ficciones parecen ser alucinantes y hasta cierto punto inverosímiles, lo cierto es que la realidad supera por mucho la ficción

Adolfo López | El Sol de México

  · viernes 11 de junio de 2021

Foto: Especial

Dinero, dinero y más dinero. Y nadie como Hollywood para hablar sobre los billetes. Por eso la industria más poderosa del cine no ha dudado cuando se trata de mostrar el ambiente financiero más feroz del mundo: Wall Street.

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El distrito económico de Manhattan ha sido retratado en comedia, drama y suspenso en una larga lista de películas. Hollywood se ha dedicado a mostrar el lado más oscuro de Wall Street, pero también sus controversiales tejidos internos y sus rostros más divertidos e incluyentes con películas de todo tipo que evidencian al final que el dinero es el que manda.

“El retrato de la ficción con que Hollywood ve a Wall Street se puede dividir en dos”, dice el especialista y crítico de cine Gerardo Gil Ballesteros. “Primero en una forma critica donde el gran referente es la película de Oliver Stone (Wall Street, 1987), que tiene una segunda parte en El dinero nunca duerme (2010). Ambas tienen un aire hasta cierto punto liberal, que reflejaba esa visión crítica”.

Las producciones dirigidas por Oliver Stone refuerzan la idea de que el dinero es el dueño del mundo y para eso hay que pasar por encima de quien sea. Aviones, camionetas blindadas, joyas, mujeres seductoras y la avaricia que ni la posesión más excéntrica puede parar, son las claves de ambas cintas que desgranan los grandes movimientos económicos del sistema.

Estas producciones toman como referente a jóvenes estrellas. En su momento, Charlie Sheen como el aprendiz y en 2010, Shia LaBeouf como el nuevo corredor de Bolsa. Mientras Michael Douglas es la mente maestra en las dos historias, siendo la de 1987 la que le otorgó su segundo Oscar.

Con la misma mirada ácida, pero con un tono más cómico, en 1983 se estrenó De mendigo a millonario, dirigida por John Landis. La comedia protagonizada por Eddie Murphy y Dan Aykroyd ahonda en las repercusiones del capitalismo y cómo la vida de un hombre de las calles puede transformarse para volverlo el más poderoso del país con unos cuantos movimientos.

“Ahí hay una visión más crítica de lo que es Wall Street porque deja por los suelos esa imagen exacerbada del capitalismo con el cambio de roles de los personajes. La historia pasa como humorista pero también hizo una gran crítica al sistema económico estadounidense en ese entonces”.

Estas películas tienen una coincidencia en la época, el tiempo en que Ronald Reagan fue presidente. Los años de bonanza económica en Estados Unidos, dice Ballesteros. “Es la época de los dólares, de la cocaína en Hollywood. Claro que hay una denuncia en sus tramas, pero el humor de Landis es mucho más honesto que la aparente visión liberal de Stone que habla más de lo que significa el dinero”

Los orígenes de la crítica al sistema económico de Estados Unidos vienen de décadas atrás. Y el gran referente en ese sentido es Tiempos modernos, de Charlie Chaplin, la cual “es una enorme crítica a la producción en serie, a esta manera tan cruel de explotación laboral sin fijarse en el lado humano”, señala el especialista.

A la lista se añade Las uvas de la ira, una película de John Ford que en 1940 mostró las consecuencias de la Gran depresión de 1929.

El lado oscuro

Con el paso de los años, la manera de mostrar Wall Street en la pantalla se ha vuelto más directa. O más cínica, refiere Gil Ballesteros.

“Si hoy ves las historias que tratan este tema son más directas. El lobo de Wall Street de Martin Scorsese es más festiva en cuanto a su tema. Hay algo de regodeo humorístico. ¿Qué pasa? Que somos más cínicos y reconocemos dónde está el verdadero poder, quién está marcando la historia o el devenir del mundo: el dinero”.

El lobo de Wall Street es el referente contemporáneo más reconocido del cine. Nominada a cinco premios Oscar, incluyendo el de Mejor Película, el filme cuenta el inverosímil y extraordinario ascenso económico de Jordan Belfort que terminó en una estrepitosa caída envuelta por el crimen.

La historia de Belfort y su increíble forma de estafar dio pie a crear Ambición peligrosa (Boiler Room), donde Giovanni Ribisi es el encargado de interpretar a un joven corredor de Bolsa que gana dinero antes de que las empresas desaparezcan. La trama, que cuenta con la participación de Vin Diesel y la dirección de Ben Younger, se inspiró en la historia de Jordan 13 años antes que El lobo de Wall Street.

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Este descaro no se deslinda de mostrar los peligros de las grandes transacciones. Money monster, protagonizada por George Clooney y Julia Roberts, es un thriller que pone en jaque a un especialista en finanzas que es secuestrado durante un programa de televisión por un inversor cuyas operaciones resultaron negativas.

Los colapsos económicos fueron fuente de historias como en el caso de Rogue trader, con Ewan McGregor. La película dirigida por James Dearden toma como referencia la historia real del corredor de Bolsa Nick Leeson que llevó al colapso al banco Barings de Londres para mostrar cómo pueden ocultarse los errores económicos hasta llegar a una caída total.

Otro derrumbe estrepitoso es la de Sherman McCoy, personaje principal de la cinta La hoguera de las vanidades de Brian De Palma inspirada en la novela homónima de Tom Wolfe. Con Tom Hanks protagonizando junto a Bruce Willis y Melanie Griffith, el filme narra la vida de este excelso corredor de Bolsa capaz de autonombrarse como “el dueño del universo” que cae en desgracia cuando es acusado de asesinato.

Contrario al drama y el suspenso que muestran el lado sucio del dinero, la comedia ha sido aliada para exhibir los entretelones de Hollywood de manera más ligera. Desde el particular conquistador que es Danny DeVito en Con el dinero de los demás, hasta la apertura a la diversidad racial y de género que una mujer como Whoopi Goldberg logró con The associate que muestra el machismo que se vive en este mundo.

Los tiempos modernos

Hay momentos clave de la historia que han sido llave para abrir nuevas ficciones. Uno de ellos es la crisis económica del 2008 provocada por la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos que afectó a prácticamente todo el mundo. La debacle inspiró a varios guionistas para llevarla a la pantalla de Hollywood. La primera de ellas fue El precio de la codicia con Zachary Quinto como su protagonista.

Este thriller que tiene a Kevin Spacey y Stanley Tucci en su elenco, marca las 24 horas previas a la crisis económica y sigue los pormenores ocurridos tras bambalinas en un banco de inversión. Contrario a la temática que trata, la película contó con un bajísimo presupuesto de 3.5 millones de dólares, pero logró una taquilla global de 19.5 millones y una nominación al Oscar para el guion realizado por J. C. Chandor, quien también la dirigió.

Otra película que corrió con la misma suerte fue La gran apuesta. Protagonizada por Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling y Brad Pitt, la cinta sigue a cuatro inversores que lograron ver antes que muchos el colapso de la economía y sacaron provecho de ello. Sin embargo, no lo hace de manera meramente dramática, por el contrario, la comedia y los comentarios agridulces son los responsables de mostrar la cara más oscura y corrupta del sistema. El filme fue ganador del Oscar a Mejor Guion Adaptado para Charles Randolph y Adam McKay, quien también la dirigió.

De esta misma crisis surgieron otras películas de corte más reciente como Estafadoras de Wall Street. Si bien la película no ocurre en la dinámica de la Bolsa, la película que le dio una nominación al Globo de Oro a Jennifer Lopez retrata la historia real de un grupo de bailarinas de un club nocturno que para sobrevivir la crisis saquean las cuentas millonarias de sus víctimas a quienes emborrachan y drogan mientras ellas gastaban su dinero.

“Lo que estamos viendo ahora es la reivindicación de aquellos que estaban excluidos de esta vorágine del dinero y que se pueden insertar desde la reivindicación social. No para cambiar el sistema, sino para pertenecer a él. Entonces hay una dosis de cinismo y una reivindicación del género”, explica Ballesteros.

Los bastidores de la crisis económica del 2008 son explicados de manera más clara en el documental ganador del Oscar, Dinero sucio. El largometraje narrado por Matt Damon recupera las voces de especialistas en economía que tratan de reconfigurar este suceso cuyos estragos aún son tangibles en diversas partes del mundo.

En televisión las series también han mostrado un retrato sobre los movimientos de la Bolsa y sus repercusiones. Producciones como la serie documental Wall Street Warriors examinan el poder de los competidores económicos; Billions se entreteje entre la política y la economía de Nueva York a través de los Fondos de cobertura; incluso House of cards, explora pasajes financieros, poniendo en la cuerda floja la fragilidad del sistema económico y político.

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Hollywood es inherente a Wall Street. Ambos se nutren entre sí. Y aunque las ficciones parecen ser alucinantes y hasta cierto punto inverosímiles, lo cierto es que la realidad supera por mucho la ficción y estas historias son apenas un ligero acercamiento a un universo económico complejo, oscuro y elitista que sigue dominando al mundo.