/ domingo 1 de agosto de 2021

Lea DeLaria combina todas sus facetas en Reprisal

Lea DeLaria interpreta a Queenie, la matriarca de la mafia que además se encarga del burlesque en un club

Para que una actriz como Lea DeLaria diga que un personaje la atrapó es porque ese personaje definitivamente tiene algo interesante.

Reprisal es una de las series más interesantes en las que he trabajado en mucho tiempo”, dice en entrevista con El Sol de México esta artista y activista por los derechos de la comunidad LGBTQ.

Y es que si hay algo de lo que se siente orgullosa DeLaria es de su identidad lesbiana. Quizás muchos la ubican recientemente sólo por su papel de Boo en la famosa serie Orange is the new black, pero en realidad esa es sólo una de sus facetas: también es cantante de jazz —su voz es tan contundente como su rostro— y comediante. De hecho, sus inicios como standupera están en el Nueva York de los ochenta, la cuna del stand up comedy.

A sus 63 años, DeLaria aceptó el reto de participar en Reprisal, una serie del canal AMC que cuenta la historia de Katherine Harlow (Abigail Spencer), una mujer que, tras ser dada por muerta, busca la venganza contra la pandilla que quiso asesinarla. El drama está en que el líder de esa banda es su hermano.

DeLaria interpreta a Queenie, la matriarca de esa pandilla, que es conocida como los Banished brawlers. Su personaje, dice, es “emocionalmente fuerte”, por lo cual tuvo que ser capaz de interiorizar todos los sentimientos oscuros de Queenie para poder encarnarla.

Queenie es una mujer que sabe muchas cosas. El reto de haberla interpretado va por ahí, en cómo decirle a los espectadores todo lo que ella está pensando”, comparte DeLaria, quien está acostumbrada a dar vida a personajes duros por fuera, pero frágiles por dentro. Queenie es la que se encarga de organizar los espectáculos de burlesque en el caótico club que tiene la pandilla.

En algunas escenas se le observa con un look muy drag, muy burlesque, como si se tratase de una Divine mafiosa. Y eso lleva inevitablemente a pensar en la otra cara de esta actriz: su activismo por los derechos de la comunidad LGBTQ. Si hay alguien que conoce los lugares que frecuentan las lesbianas en Nueva York, esa es Lea DeLaria.

“He sufrido discriminación durante prácticamente toda mi vida”, dice cuando salta a la conversación el ataque que sufrió en San Francisco en los ochenta, donde fue golpeada brutalmente sólo por ser lesbiana. Acabó con la nariz y las costillas rotas y una cuenca del ojo lastimada. “Pero ahora veo la otra parte, en la que encuentro que personas como yo interpretan roles protagónicos en la televisión y entonces veo que hay mucha mayor aceptación que antes. Hemos tenido mucho progreso en ese sentido”, reconoce.

Hija de un pianista de jazz, Lea encontró en la música una forma de identidad. En algún punto de su vida, dice, se mezclaron dos de sus pasiones: la comedia y el jazz. Y tras varios espectáculos musicales que conquistaron a miles de neoyorquinos, su nombre comenzó a sonar fuerte hasta que su canción estrella, I can cook, too!, le abrió las puertas del Carnegie Hall, donde la interpretó como parte del concierto Leading Ladies, donde participaron las grandes estrellas de Broadway.

“La verdad es que la comedia, el stand up, la música, la actuación… todo ha sido una combinación muy interesante para mí. Y justo ahora estoy trabajando en mi próximo álbum”, detalla.

Para que una actriz como Lea DeLaria diga que un personaje la atrapó es porque ese personaje definitivamente tiene algo interesante.

Reprisal es una de las series más interesantes en las que he trabajado en mucho tiempo”, dice en entrevista con El Sol de México esta artista y activista por los derechos de la comunidad LGBTQ.

Y es que si hay algo de lo que se siente orgullosa DeLaria es de su identidad lesbiana. Quizás muchos la ubican recientemente sólo por su papel de Boo en la famosa serie Orange is the new black, pero en realidad esa es sólo una de sus facetas: también es cantante de jazz —su voz es tan contundente como su rostro— y comediante. De hecho, sus inicios como standupera están en el Nueva York de los ochenta, la cuna del stand up comedy.

A sus 63 años, DeLaria aceptó el reto de participar en Reprisal, una serie del canal AMC que cuenta la historia de Katherine Harlow (Abigail Spencer), una mujer que, tras ser dada por muerta, busca la venganza contra la pandilla que quiso asesinarla. El drama está en que el líder de esa banda es su hermano.

DeLaria interpreta a Queenie, la matriarca de esa pandilla, que es conocida como los Banished brawlers. Su personaje, dice, es “emocionalmente fuerte”, por lo cual tuvo que ser capaz de interiorizar todos los sentimientos oscuros de Queenie para poder encarnarla.

Queenie es una mujer que sabe muchas cosas. El reto de haberla interpretado va por ahí, en cómo decirle a los espectadores todo lo que ella está pensando”, comparte DeLaria, quien está acostumbrada a dar vida a personajes duros por fuera, pero frágiles por dentro. Queenie es la que se encarga de organizar los espectáculos de burlesque en el caótico club que tiene la pandilla.

En algunas escenas se le observa con un look muy drag, muy burlesque, como si se tratase de una Divine mafiosa. Y eso lleva inevitablemente a pensar en la otra cara de esta actriz: su activismo por los derechos de la comunidad LGBTQ. Si hay alguien que conoce los lugares que frecuentan las lesbianas en Nueva York, esa es Lea DeLaria.

“He sufrido discriminación durante prácticamente toda mi vida”, dice cuando salta a la conversación el ataque que sufrió en San Francisco en los ochenta, donde fue golpeada brutalmente sólo por ser lesbiana. Acabó con la nariz y las costillas rotas y una cuenca del ojo lastimada. “Pero ahora veo la otra parte, en la que encuentro que personas como yo interpretan roles protagónicos en la televisión y entonces veo que hay mucha mayor aceptación que antes. Hemos tenido mucho progreso en ese sentido”, reconoce.

Hija de un pianista de jazz, Lea encontró en la música una forma de identidad. En algún punto de su vida, dice, se mezclaron dos de sus pasiones: la comedia y el jazz. Y tras varios espectáculos musicales que conquistaron a miles de neoyorquinos, su nombre comenzó a sonar fuerte hasta que su canción estrella, I can cook, too!, le abrió las puertas del Carnegie Hall, donde la interpretó como parte del concierto Leading Ladies, donde participaron las grandes estrellas de Broadway.

“La verdad es que la comedia, el stand up, la música, la actuación… todo ha sido una combinación muy interesante para mí. Y justo ahora estoy trabajando en mi próximo álbum”, detalla.

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