Leonardo DiCaprio ha pasado casi toda su carrera alzando la voz en favor del planeta, y buscando maneras de sembrar conciencia ecológica en la sociedad. Según afirma el actor, llevaba varias décadas buscando un personaje que le permitiera llevar ese discurso a la pantalla, y esa oportunidad le llegó cuando el director Adam McKay lo invitó a sumarse a la cinta No mires arriba.
En ella, interpreta al Dr. Randall Mindy, un científico que encabeza un equipo especial que descubre un asteroide gigante que se aproxima a la tierra, amenazando toda clase de vida existente en ella. Aunque su reacción inmediata es alertar al gobierno y acudir a los medios, nadie parece tomarlo en serio.
“Con este problema todo el mundo se pregunta cómo podemos hacer la diferencia, y cómo podemos contribuir a esta causa. Adam realmente rompió el código con la narrativa, hay muchas comparaciones que podemos hacer con la crisis climática dentro de esta historia, y ese es el problema más importante que debemos abordar hoy en día”, declaró en conferencia de prensa.
En 1998, el protagonista de Titanic creó una fundación que lleva su nombre, y busca proteger la biodiversidad, trabajar en pro de la conservación de los hábitats y combatir el cambio climático.
Asimismo, se ha desempeñado como Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas, y su labor lo ha hecho merecedor del Clinton Global Citizen Award y el Crystal Award del Foro Económico Mundial.
Gracias a esa experiencia, encontró muchas similitudes con su personaje en la película, pero a la vez eso le hizo lamentar que muchas personas que ocupan posiciones de poder en la vida real, tampoco se toman en serio cuando los científicos y activistas advierten sobre problemas que ponen en peligro a la humanidad.
DiCaprio explicó que trabajó ese discurso muchas veces con el director. “Lo que realmente quería hacer era tratar de articular la frustración de este científico, y cómo uno puede estar en un lugar público diciendo la verdad, mientras hay otros mensajes que distraen del objetivo principal. Trabajamos mucho juntos en entender la frustración de este científico, y cómo uno podría estar en esa situación”.
El actor es acompañado en pantalla por Jennifer Lawrence, Jonah Hill y Meryl Streep. Esta última da vida a la presidenta de Estados Unidos, Janie Orlean, una mujer que pese a haber llegado al cargo más alto del gobierno de su país, no ha dejado atrás su estilo de vida mundano, y una mentalidad banal.
La actriz negó haberse basado en un personaje en específico, pues considera que desafortunadamente hay muchas figuras que se comportan como Janie. “Había muchos puntos de dónde partir, porque hay gente muy horrible que asume cargos públicos sin vergüenza, fue divertido hacer este personaje que hace simplemente lo que le apetece”.
La tres veces ganadora del Oscar hizo un llamado a los funcionarios públicos para hacer sacrificios, y ser buenas personas, pues asegura que el mundo necesita ese tipo de gente, hoy más que nunca.
Tal como sucede en la cinta, cuando hay amenazas mortales para la humanidad no importa la clase social, ni el país donde vivas, la catástrofe golpea a todos por igual, y para evitarlo es indispensable hacer caso a los expertos para saber cómo actuar en los momentos de crisis.
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“Sería maravilloso tener devoción a las personas que creen y entienden la inminencia de estas amenazas para nuestras vidas. Gente rica, gente pobre, todo el mundo se ve afectado por esto.
“Cualquier problema de injusticia o inequidad, si no sobrevivimos, nada de eso importa. Debemos tomar decisiones basadas en la ciencia, esa es la médula espinal de esta película, es importante hacerlo, la ciencia sucede, aunque nos guste o no”, agregó.
No mires arriba se estrena este 24 de diciembre en la plataforma de streaming Netflix, es apta para adolescentes y adultos.
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