A Lupita D’Alessio se le nota la felicidad. No sólo sonríe, ríe a carcajadas. Recuperó la posibilidad de grabar en vivo su legado musical después de 50 años.
El próximo sábado en la Arena Ciudad de México ofrecerá un concierto que será registrado en un DVD, pero también prepara un disco de canciones inéditas con el compositor Bruno Danzza.
“Estamos haciendo una dualidad Bruno Danzza y yo. Él está escribiendo el disco con canciones sobre el amor verdadero y el desamor, algo que siempre me ha caracterizado porque Lupita siempre va de frente y no me quito”, ríe emocionada. “Lo voy a grabar en Cancún por el nivel del mar y esperemos que salga el próximo año”.
Este será el primer disco en ocho años y el primero que grabará para el sello BoBo Producciones, empresa de los hermanos Ari y Jack Borovoy, quienes le ayudaron a concretar un acuerdo con Discos Orfeón, para poder cumplir su anhelo de grabar en vivo sus grandes éxitos.
“Imagínate que esto se da después de 50 años. ¡Pasaron 50 años! ¡Mucho tiempo!”, dice aún incrédula la cantante durante una entrevista con El Sol de México.
“Quizá esto era lo mejor para Dios; tal vez antes yo no lo hubiera apreciado tanto como ahora. Así que estoy muy contenta y emocionada. Es un regalo de Dios y pido que bendiga la vida de BoBo y Orfeón y de todas las personas involucradas”.
Cuando escuchó la noticia en voz de Jack Borovoy, quien viajó a Cancún, donde ella reside, para compartirle la información, la emoción y la incredulidad la inundaron.
“Me solté a llorar. Le hablé a Jorge a Ernesto y a César, los cuatro nos pusimos a llorar; fue una mañana muy bonita. Abracé a Jack y agradecí a Dios porque él nos pone a las personas, él sabe con quién sí y con quién no, porque esto no se logró antes ni con disqueras, ni con nadie”, afirma.
A pesar de las múltiples luchas que hizo durante 50 años, Lupita D’Alessio no considera haber ganado ninguna batalla. “Creo que más bien fue una pausa que Dios me puso para entender y meditar que no sólo puedo depender de una compañía disquera, sino que me ha dado dones y talentos para salir adelante”.
En este medio siglo y aún sin ese anhelado DVD “nunca me faltó trabajo, hice giras por Estados Unidos y auditorios nacionales. Yo no tengo nada que defender, yo sólo me dedico a cantar balada romántica y eso me ha llevado hasta este lugar”.
La cantante reitera que su agradecimiento es a Dios porque “les ablandó el corazón a Rogerio y Jaime Azcárraga”, dueños de la compañía disquera Orfeón, que mantenían los derechos de grabación de sus éxitos.
“Valoro mucho que Jaime haya querido comer conmigo. Yo tenía nervios de verlo a la cara, no sabía ni qué decirle y Jack me dijo: ‘Tu sólo dale la mano. Ellos quieren darte un reconocimiento’. Ahí es cuando dices: ‘¡Cómo cambian las personas! Quizá hay gente que ya quiere paz en sus vidas y no cargar con cosas’. Supongo que así fue y quisieron acercarse. Y qué padre porque a todos nos gustó la idea”.
Lupita D’Alessio sabe que este acuerdo se trata de un negocio “y esta alianza que hicieron Ary Borovoy, Jack y Orfeón es para que ganemos todos. Pero a mí quien me importa que gane es el público que por muchos años me preguntó por este DVD de éxitos”, dice sonriente.
El show que ofrecerá este sábado en la Arena Ciudad de México es un regreso triunfal para la cantante. “Vuelvo después de dos años de una pandemia con un DVD en la mano. Es el regreso de Lupita que ya no es la Leona Dormida, ahora regresa despierta con este material en mano que creo que será un gran regreso”.
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Para este concierto, la cantante tendrá cuatro invitados musicales: Ernesto D’Alessio y Benny Ibarra serán dos de ellos, mientras el otro par lo reserva como una sorpresa. “Es un show de casi tres horas. Yo nunca había cantado tres horas. Los empresarios hasta se enojaban y me reclamaban porque nada más hacía hora y 20 minutos”, dice entre risas. “Pero las cosas cambian y mejoran y esto es para mejorar”.
Lupita D’Alessio cuenta las horas para reencontrarse con su público, en el que espera sea uno de los conciertos más memorables de su carrera. “Me estoy imaginando el momento cuando salga al escenario y vea todo. Seguramente se me va a quebrar la voz. Va ser un momento emocionante, de alegría, de llorar de agradecimiento por escuchar esos aplausos que después de dos años ya se me habían olvidado. Porque no creas que siento que aquí mis chicharrones truenan, no es fácil, esto es como si fuera la primera vez”.