Luis Eduardo Aute nació un 13 de septiembre de 1943 en Manila, Filipinas, en medio de la Segunda Guerra Mundial, pero a pesar de las adversidades creció en un ambiente donde el arte se convirtió en su aliado. Fue ahí donde conoció su gusto por el cine, cuando le regalaron una cámara de 8 mm.
Al poco tiempo viajó a España, su patria, en la que creció y se desarrolló como cantante. Fue esa la plataforma que lo llevó junto a su música a viajar por el mundo y a llegar a oídos de todas latitudes.
Una de esas coordenadas apuntaba a México, donde su música fue recibida con cierta familiaridad. Fue aquí donde encontró a uno de sus públicos más fieles, que cantó sus canciones hasta que su alma dejó su cuerpo. Ayer, Luis Eduardo Aute, murió en Madrid a la edad de 76, tres años después de haber sufrido un infarto del que no se recuperó completamente.
Aute describió a México en muchas entrevistas como su “segunda patria”. No lo hizo para quedar bien, sino porque realmente lo sentía. Tanto así que constantemente se le veía por acá.
Pero hubo mexicanos que también los inspiraron a él. Quizá la más importante fue Katy Jurado, la primera actriz de nuestro país en ser nominada al Oscar.
Aute era su seguidor desde pequeño y quedó enamorado de ella cuando la vio en la película Pat Garrett & Billy the Kid, en 1973; ahí también actuó Emilio El Indio Fernández y la música fue compuesta por Bob Dylan, quien fuera su principal inspiración para dedicarse a la composición.
Aute conoció a Katy Jurado en una fiesta en una casa de Tepoztlán. Era su momento y con guitarra en mano, mostró su talento. La experiencia quedó tan marcada en su vida que lo llevó a componer Cinco minutos, tema que formó parte de su disco Aire en 1998 y que dedicó a la estrella del cine mexicano.
Tres años antes, el cantautor ya había escrito Alevosía, el cual dio título a su álbum lanzado en 1995. Esa canción sería en 2001 el tema principal de la telenovela de Azteca Amores, querer con alevosía y se convertiría en una de sus interpretaciones más populares en nuestro país.
Sin tu latido, Quiéreme, Mano a mano, Slowly, Las cuatro y diez y Volver a verte son sólo un puñado de los muchos éxitos que el español compuso desde que dejó la carrera de arquitectura. Quiso ser pintor, director de cine, actor, escultor y escritor. Y todo eso lo logró.
En el cine también probó suerte. Realizó tres cortometrajes, A flor de pie, Chapuza uno y Minutos después; también filmó un largometraje en 2001 titulado Un perro llamado Dolor, una obra experimental con más de cuatro mil dibujos que le llevó cinco años crear, con referencias a Goya, Picasso, Frida Kahlo y Diego Rivera, entre otros.
Luis Eduardo Aute se despidió de México en diciembre de 2015. Ofreció un concierto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, como parte de su celebración por 50 años de carrera. Fue el último show, ocho meses después sufrió el ataque al corazón que lo obligó a cancelar La Gira Luna.
Cuba fue su residencia durante un proceso de mejora. Pero finalmente viajó a España, donde ayer sus ojos se cerraron y su música se convirtió en el tesoro más valioso que dejó a sus fans.
