Esta noche el Palacio de los Deportes se vistió de gala para recibir a la realeza del pop. Madonna, quien presentó un show dividido en siete actos, durante el cual externó su admiración por la pintora mexicana Frida Kahlo, quien la inspiró y la ayudó a no sentirse como “una freak” cuando era joven.
“Cuando era una niña creciendo en el medio oeste, descubrí a Frida Kahlo. Fui al único museo que había de Diego Rivera en Detroit. Pero estaba sólo interesada en el pequeño cuadro de una mujer con cabello largo, y grandes ojos. Leí su historia, y me dio esperanza”, dijo.
“Creciendo en el medio oeste me sentía como alguien externo, que nadie me entendía, y por primera vez alguien se sentía como yo. Frida es mi madre, mi animal espiritual, es mi todo, agregó. “Les paso la antorcha que Frida me pasó a mí, se las paso como mi esperanza. El suyo es un país de una tradición hermosa, estoy muy honrada y feliz por estar aquí. Muchas gracias por siempre apoyarme, durante 40 años”.
El concierto había un iniciado momentos antes. Ya habían pasado varios minutos después de la hora programada para iniciar el show, y las más de 15 mil personas que se dieron cita en el lugar comenzaban a chiflar impacientes.
“Madonna, Madonna, Madonna”, gritaba el público, acompañado sus peticiones con palmas y la ya tradicional “ola”.
Minutos después de las 22:30 horas, la maestra de ceremonias, quién portaba un vestido victoriano color rosa, apareció para anunciar el inicio del show. “Esta es una noche de fiesta”, dijo, tras dar un breve repaso por la carrera de la cantante.
De pronto, un aro de luz gigante se levantó sobre el escenario, y el público estalló en una ovación que casi logró opacar el sonido de la música.
Madonna reafirma su reina tras ocho años de ausencia en México
El momento había llegado, tras ocho años de ausencia en México, la Reina del Pop estaba de vuelta para reafirmar su reinado que ha perdurado por cuatro décadas.
En medio de una plataforma circular, vestida de negro y portando una diadema de diamantes, apareció Madonna interpretando “Nothing Really Matters” (tema de 1998, perteneciente al disco “Ray of Light”), iniciando oficialmente el primero de cinco shows de “The Celebration Tour” en nuestro país.
Como si se tratara de un truco de magia, en tiempo récord cambió su vestuario para continuar con “Everybody” e “Into The Groove”. La intérprete saludó a sus fans, y les dirigió un mensaje de casi cinco minutos, en el que soltó algunas palabras en español.
La estadounidense tomó su guitarra para continuar con “Burning Up”, uno de los primeros temas que interpretó en vivo, según contó, y enseguida un grupo de más de seis bailarines se apresuró para acompañarla con “Open Your Heart”.
"Holiday" llegó como una verdadera fiesta, una culpa disco apareció en lo alto, e incluso apareció un "cadenero" que seleccionaba quienes podían entrar al club de baile que simularon. "Mi nombre es Madonna", dijo la cantante. Ella y sus bailarines se reunieron en una plataforma giratoria, donde continuó la celebración.
Haciendo gala de sus dotes actorales, la estadounidense fingía desesperación, mientras yo de sus bailarines simulaba caer desmayado, marcando si el final del primer apartado del show.
De pronto las luces se tornaron de color azul y sonidos de tormenta anunciaban el inicio del segundo acto, donde la cantante sobrevoló el lugar a bordo de una estructura cuadrada, que la transportaba lentamente.
Así cantó “Live To Tell”, la cual dedicó a quienes han fallecido a causa de la pandemia del sida. Tras y la segundos se silencio, comenzó un ritual. Ella y bailarines se colocaron túnicas negras, ella tomó un rosario, se persignó y continuó con “Like A Prayer”.
Este es uno de los temas más polémicos de su repertorio, ya que tras el lanzamiento de su video en 1989, donde se retrata un feminicidio y ella canta rodeada de cruces en llamas, fue duramente criticada por sectores conservadores.
El erotismo y la sensualidad no podían faltar en este show, y para el tercer acto, el escenario se convirtió en un ring, repleto de boxeadores musculosos, que rodeaban a la artista (quien estaba cubierta con una bata negra) mientras interpretaba “Erotica”.
Los acordes de “Papa Don´t Preach” sonaban de fondo, mientras la también ganadora del Globo de Oro (por la cinta “Evita”) se despojaba de su bata, dejando al descubierto un neglige rojo con negro.
Una mujer, que simulaba representaba ay juventud apareció y comenzó a tocar todo su cuerpo, conforme comenzaba “Justify My Love”. Su “doble” portaba el peinado de cola alta que Madonna portó en los años 90.
Los bailarines le colocaron una venda en los ojos, la rodearon e inició “Hung Up”, del año 2005 y parte del disco “Confessions on A Dance Floor”. El bloque concluyó con “Bad Girl”, durante el cual su hija Mercy James la acompañó en el piano.
Vestidos con atuendos de alta costura, se reunieron en una pasarela giratoria cuando comenzó a sonar “Vogue”.
Antes de finalizar la canción, todos desfilaron para la cantante, quien yacía en una silla calificando acompañada del influencer y comediante mexicano Guillermo Rodríguez, calificando su desempeño, mientras caminaban y hacían movimientos de “voguing”.
Danza, acrobacias y fuego en el concierto de Madonna
El acto fue interrumpido por un grupo de hombres vestidos de policías, quienes simularon una detención como las que ocurrían en los años 80 en los llamados bailes, donde se reunía la comunidad LGBTIQ+, época en la cual sufrieron yba fuerte represión por parte de más autoridades.
“Human Nature” y “Crazy For You” continuaron con el show. Con un performance que tuvo danza, acrobacias y fuego, pasamos al acto V, donde el pop y el country se encontraron, y el show pasó de un ambiente de pop a un rodeo.
Madonna apareció con un traje de vaquera y con una cerveza en la mano, y sonaron éxitos como”Don´t Tell Me”, “Express Yourself”, “La Isla Bonita” y “Don´t Cry For me Argentina”.
La cantante aprovechó para enviar un mensaje de sensibilización sobre el sida, que cobró la vida de uno de sus amigos hace unos años. Según platicó, acudió a México en busca de un tratamiento que salvara su vida, pero no lo logró.
Asimismo, se refirió a su maternidad y la resiliencia que le brindaron sus hijos. Debido a que se sentía mucho calor en el recinto y se respiraba aire caliente, pidió a todos aquellos que estuvieran infringiendo la norma de no tabaco que apagaran sus cigarros en ese momento.
La puerta al pasado se abrió nuevamente, a través de imágenes y videos de todas sus etapas musicales que aparecieron en pantalla, y marcaban el inicio del sexto y penúltimo acto.
Un cubo gigante apareció en medio del escenario, y portando un traje metálico y un peinado alisado, la cantante interpretó “Bedtime Story”. Nuevamente se elevó por los aires para cantar “Ray of Light”, tema durante el cual el Palacio de los Deportes se llenó de luces láser de todos colores. “Take a Bow” cerró esta fase del show, anunciando el final.
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El séptimo acto reunió a la realeza del pop, por medio de un mix de unas interpretación de “Billie Jean” de Michael Jackson y “Like a Virgin”, acompañado por un show de sombras que mostraba las siluetas de ambos artistas y fotografías de ambos tomadas en su juventud.
Ella y sus bailarines tomaron el escenario, en un despliegue de color y ritmo, para despedir el concierto con “Bitch! I´m Madonna” y “Celebration”. La también autora del libro “Sex” se despidió mandando un beso a sus fans, y descendió por una plataforma conforme las luces se iban apagando.