Nicandro Díaz con grandes aciertos en tres décadas como productor ejecutivo, está a poco tiempo de finalizar transmisiones de su telenovela La mexicana y el güero, protagonizada por Itatí Cantoral, Juan Soler y Luis Roberto Guzmán y ya tiene luz verde para una nueva telenovela.
A pesar de la tendencia a adaptar historias coreanas, turcas, chilenas y colombianas, Díaz declara que su experiencia lo ha llevado a no inclinarse por la nacionalidad de la trama: “Me encomendaron una producción y entre más rápido la tenga, mejor. Me iré con la que considere la historia más adecuada, sin ver su nacionalidad, ya nos estamos abocando a esa tarea de buscar algo, que sea lo más operante”.
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Respecto a su experiencia con La mexicana y el güero, el productor comenta: “Sigo encontrándole la magia en mi trabajo, a veces hay resultados positivos o negativos, de eso se trata la magia de esta labor. No somos dioses para que sean puros éxitos y haciendo un balance para mí, esta telenovela, ha sido por mucho, más positivo”.
Por ello, para el cierre de la telenovela, mantendrá el melodrama que dominó la historia, aunque tuvo toques cómicos. “Desde el pasado viernes, la pareja central ya tuvo intimidad y luego él descubre el engaño, que le toman el pelo. El final es más tradicional, es lo que puede esperar la audiencia”.
El productor se enfrentó además a las dificultades de grabar en plena pandemia. “Fue una situación muy difícil de manejar en el equipo de producción; trabajamos con las emociones y cuando se están viviendo cosas tan rudas, como lo que nos sucede a nivel mundial, se afecta el trabajo mismo, porque influye en el estado de ánimo, no sólo de actores sino de todos los que vivimos de la producción. Ha sido una experiencia compleja como reto está bien, pero la verdad no disfruta uno su trabajo como habitualmente lo hacemos, es complicado estar con la cara tapada y el cubrebocas todo el tiempo”.
Otro hecho que vivió a lo largo de la transmisión fue el cambio de horario de las 20:30 horas a las 18:30, con lo cual, subió el rating. “Los ejecutivos me dijeron que sentían que el producto era más adecuado a las 6:30 de la tarde y la verdad es que se demostró así, nos favoreció”.
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