"No creo que este virus nos haga mejores personas. Nueve mil años de memoria escrita de la humanidad lo prueban. Y si lo hiciera, en una generación se habrían olvidado las buenas lecciones.
"Esta vez no tiene por qué ser diferente", así lo afirmó el escritor español Arturo Pérez-Reverte en la presentación de su nuevo ebook La cueva del cíclope. Tuiteos sobre literatura en el bar de Lola (20102020).
El bar de Lola es el punto de encuentro virtual donde Pérez-Reverte charla con sus seguidores en Twitter y que ha abierto para la presentación del libro: "Lola acaba de levantar la persiana del bar, así que me acomodo en la barra y pido una caña", anunciaba el escritor.
En el encuentro online el autor invitó a aplicar "un punto de sentido común y otro de saludable escepticismo", a lo que se oye sobre la pandemia, como a todo: "y no fiarse de nadie, en especial de quien ejerce el poder, pues suele usar las crisis para conservarlo".
También se ha mostrado convencido de que "lloverán novelas y películas sobre el coronavirus hasta aburrir", aunque ha garantizado que él no lo hará.
El novelista español siempre ha usado Twitter como una navaja suiza de más de una utilidad, en lugar que fuera esta app la que lo usara a él, así lo explica el escritor Rogorn Moradan en el prólogo de La cueva del cíclope, editado por Alfaguara.
Fue en febrero de 2010 cuando decidió abrir su cuenta como @perezreverte para estar en contacto con sus lectores quienes saturaban no sólo su correo digital sino el tradicional, con mensajes y comentarios sobre sus obras y miles de recomendaciones y sugerencias que le era imposible responder.
“Hablar en Twitter de libros es como hacerlo con los amigos en la barra de un bar". La obra destacan los tuits que piden recomendaciones de lecturas o preguntan sobre sus libros publicados, su proceso de trabajo o sus gustos literarios.
Una década pasó para que el autor, quien llegó a la red social siendo un "pardillo”, tuviera "el colmillo tuitero retorcido con siete vueltas".