El proceso contra el actor estadounidense Bill Cosby fue anuladoeste sábado luego de que el jurado no pudo acordar un veredictopor unanimidad sobre ninguno de los cargos de los que se lo acusa,tras más de 50 horas de deliberaciones.
Esto es una victoria para el comediante de 79 años, acusado deagresión sexual contra Andrea Constand en 2004, aunque elministerio público tendrá la posibilidad de exigir que seefectúe un nuevo juicio.
El fiscal del condado de Montgomery, Kevin Steele, quien habíaacusado al actor, indicó inmediatamente que demandaría larealización de un nuevo proceso, tal como autoriza la ley. Laanulación del juicio es un desaire terrible para él, pues susargumentos no llegaron a convencer a la totalidad del jurado.
Tras el anuncio de la anulación de este primer proceso, Cosbyno hizo ningún comentario. Convertido en una celebridad por laserie de televisión "The Cosby Show" (1984-1992), el artistacorría el riesgo de ser condenado a 30 años de cárcel.
Sigue, no obstante, inculpado pero en libertad condicional,precisó el juez Steven O'Neill.
La justicia estadounidense exige la unanimidad del jurado paraque se pueda pronunciar un veredicto.
Los jueces ya habían indicado el jueves que estaban en unimpasse. Más de veinte horas de debates suplementarios nopermitieron alcanzar ese fallo por unanimidad.
Más de 60 mujeres presentaron denuncias de abuso sexual contraBill Cosby, pero el caso de Andrea Constand es el único en el queel delito no habría proscrito desde el punto de vista penal. Sinembargo, las demandas en curso ante la justicia civil sonnumerosas.
En ausencia de testigos directos o elementos materiales deprueba, todo el proceso descansaba en el testimonio de dosprotagonistas, Bill Cosby y Andrea Constand.
El actor reconoció que había manoseado a la joven en la nochede enero de 2004 en su domicilio, pero siempre aseguró que setrató de una relación consensuada. También admitió que le dio aAndrea Constand un poderoso sedante, aunque afirmó que sóloquería que la mujer se distendiera, ya que le había dicho queestaba estresada.
La canadiense de 44 años, hoy masajista terapéutica enToronto, pagó sin duda las incoherencias en las que incurrió ensus diversas declaraciones, destacadas insistentemente por ladefensa.
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