Han pasado 25 años y el asesinato de Paco Stanley sigue siendo un tema que sigue conmocionando a los mexicanos, sobre todo porque fue un caso que no se resolvió y el misterio persiste sobre quién envió ese 7 de junio de 1999 a dos sicarios a matarlo afuera del restaurante El Charco de las Ranas, en la Ciudad de México.
Aún sigue en la mente de millones la imagen del conductor sentado en el asiento del copiloto de su camioneta, acribillado tras recibir más de 20 impactos por arma de fuego, mientras su hijo gritaba y lloraba sin entender qué sucedía. En el asiento trasero, el reportero Jorge Gil se quejaba de un disparo de arma de fuego que recibió cuando buscaba salvar su vida.
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Su última aparición en TV
Tras décadas en Televisa, en 1999 Paco Stanley dio el salto a la competencia en TV Azteca con el programa Una tras otra, donde era acompañado por Mario Bezares y Jorge “El Güero” Gil.
Ese lunes 7 de junio de 1999, Stanley había concluido lo que sería su última aparición en la televisión nacional en vida para luego almorzar en el restaurante El Charco de las Ranas, ubicado en Periférico Sur, junto con Bezares y Gil.
"Querían echarse unos tacos”, se dijo entonces, porque a la salida del establecimiento un individuo se acercó al lado del copiloto donde él viajaba y lo acribilló. Cuatro de las balas dieron en el cuerpo de Paco, por lo que murió de manera instantánea.
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En cuestión de minutos el número 2772 de Periférico Sur, en la colonia Jardines del Pedregal, se encontró tomado por elementos de la policía preventiva y la entonces Policía Judicial de la Procuraduría General de Justicia; todo fue un desconcierto al conocerse que la víctima era Francisco Stanley; hasta ese punto arribaron jefes policiacos de alto nivel, porque a plena luz del día habían matado a una figura pública.
De inmediato los espacios televisivos de Televisa y TV Azteca interrumpieron sus espacios para dar la noticia: Paco Stanley fue asesinado.
¿Quién lo mató?
Nexos de Paco Stanley con el narcotráfico es la teoría que explicaría su asesinato, pero las autoridades jamás lo han aclarado.
Trascendieron versiones diversas: que había sido por un lío de faldas, por celos profesionales de quienes trabajaban con él o porque era prestanombres de un poderoso capo. Sin embargo, prevaleció aquella de que tenía una gran deuda económica con el líder de un cártel.
El 9 de diciembre de 1998 durante la presentación de Una tras otra, Stanley reveló que dos sujetos los habían interceptado a él y a Mario poniéndoles una pistola en la cabeza y con intenciones de asaltarlos. Había sido una advertencia, según trascendió a su muerte.
Publicaciones de esos años señalaron que un boletín de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal establecía que existía una estrecha relación de Amado Carrillo “El Señor de los Cielos” y Paco Stanley.
Incluso su asesinato fue atribuido a Luis Ignacio Amezcua, del Cartel de Colima, luego de la declaración de su cocinero, pero nada se comprobó.
Pero hay otra versión: a Paco lo habían asesinado por órdenes de los Arellano Félix, enemigos acérrimos de Carrillo Fuentes y para ello enviaron a su jefe de sicarios, Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón”, quien a su vez reclutó a Luis Alberto Salazar Vega, "El Bolas"; Feliciano o Rubén Quintero Madrid “El Rito” y otro sujeto apodado El Hitler para dar muerte a Stanley.
En abril de 2011 se detuvo en Tijuana a El Bolas. La acusación partía del general Alfonso Duarte Mújica, comandante de la región militar en esa ciudad, basada en la declaración de un reo compañero de Salazar Vargas. Sin embargo, la Procuraduría capitalina, en ese momento a cargo de Miguel Ángel Mancera, no tenía información sobre la vinculación de El Bolas con el asesinato de Paco y él declaró su inocencia sobre este crimen.
Los involucrados
Dieron inicio las investigaciones, no sin antes tomar la declaración del reportero de espectáculos Jorge Gil, porque él se encontraba en el interior de la camioneta en la que quedó el cuerpo de Paco. Dio su versión sobre los hechos, pero sin que dejara claro sobre el rostro del presunto responsable y el personal de la negociación afirmaba no haber observado bien quién fue el criminal.
Escondido dentro del baño del restaurante se encontraba Mario Bezares, quien durante varios años acompañara como “patiño” a Stanley, tanto en Televisa como en la nueva aventura en las filas de Televisión Azteca. En ese momento refirió que tenía problemas estomacales y por ese motivo no se encontraba en la camioneta y que al escuchar los disparos se colocó en posición de feto dentro del sanitario.
El entonces titular de la PGJDF, Samuel del Villar, indicó que se descartaban el robo o secuestro como móviles del homicidio y la principal línea de investigación eran ajuste de cuentas y venganza.
Además, la dependencia dio a conocer los resultados toxicológicos tanto a Stanley como Bezares, quienes dieron positivo al consumo de cocaína.
Antes de que transcurriera un mes del asesinato se dio la información sobre la captura de uno de los presuntos participantes; así inician las pesquisas y para la autoridad, todos quienes acompañaban en ese entonces a Stanley eran sospechosos.
Bezares, de testigo a sospechoso
Llega el 22 de julio y “explota la noticia bomba”: Mario Bezares pasa de testigo del crimen a sospechoso y sería arraigado en un hotel de la colonia Doctores, y en ese sitio se tomó el último piso que era vigilado las 24 horas del día y en algunos momentos, como la ventana daba a la calle, Mario agradecía a sus admiradores las muestras de apoyo, porque permanecían al pendiente fuera del establecimiento.
Mario insistía en desconocer quién pudo haber ordenado el asesinato de su “jefe” y que en grupo iban a abandonar el lugar, pero antes de alcanzar la puerta, al parecer, como la comida le había hecho daño, les sugirió se adelantaran en lo que él iba al WC y en cuestión de minutos los alcanzaría; pero fueron los disparos y los gritos de comensales lo que lo paralizaron en el servicio sanitario.
Sale a la luz pública un retrato hablado sobre el presunto hombre que accionó su arma de fuego contra Francisco Stanley y el 18 de agosto de 1999 se detiene a Erasmo Pérez Garnica, que era conocido como “El Cholo”, pero niega en todo momento haber participado en el crimen como apuntaban las investigaciones de la Procuraduría.
La Procuraduría respaldaba sus investigaciones en la declaración de Luis Gabriel Valencia, cocinero de los hermanos Jesús y Luis Amezcua en el Reclusorio Sur, quien aseguró escuchar la planeación del asesinato de Stanley y acusó a Mario Bezares, la edecán Paola Dorantes, Erasmo Pérez "El Cholo" y sus jefes de estar involucrados.
Tras la detención de “El Cholo”, también fueron arraigados Paola Durante y al chofer de Paco, José Luis Martínez, el 19 de agosto de ese año.
Ya repuesto de su herida en la pierna, Jorge Gil comienza a afirmar que Mario Bezares tenía algo que ver con la muerte de Paco Stanley y sus declaraciones ante las autoridades ministeriales hacen que el 2 de septiembre de 1999, los arraigados sean declarado culpables y se les dicte el auto de formal prisión por el delito de homicidio calificado.
También en el expediente quedó asentado que serían castigados por los delitos de tentativa de homicidio y lesiones.
En septiembre de 1999, Mario Bezares, Paola Durante, Erasmo Pérez Garnica, alias "El Cholo", José Luis Rosendo Martínez y Jorge García fueron encarcelados como presuntos sospechosos del asesinato, como autores intelectuales y materiales.
Casi año y medio después, el 25 de enero de 2001 quedaron en libertad al no hallarse elementos suficientes para confirmar su responsabilidad en los hechos, según declaró el Tribunal Superior de Justicia del DF (TSJDF), luego de que varios testigos, entre ellos el cocinero de los Amezcua, se retractaron y dijeron que habían declarado bajo prácticas de tortura por parte de las autoridades.
A dos décadas del crimen, la familia Bezares asegura que ya dijo todo lo que se tenía que decir al respecto y prefiere dar carpetazo a lo ocurrido.
La ex edecán Paola Durante asegura que al inculparla de un acto que no cometió, le hicieron el daño más grande que ha recibido a lo largo de su vida.
Los restos de Paco Stanley reposan en el Panteón Español del Estado de México.
|| Con información de La Prensa ||