Este jueves, Scarlett Johansson ha interpuesto una demanda en contra de Disney por haber estrenado Black Widow simultáneamente en cines y a través de Disney+, su servicio de streaming, informó The Wall Street Journal.
La actriz alega que en su contrato se garantizaba el estreno exclusivo en cines, ya que su salario está definido por la recaudación que lograra la película en taquilla.
Costo del incumplimiento
De acuerdo con una fuente familiarizada con el contrato de Johansson, el incumplimiento del estreno exclusivo en cine podría haberle costado a la actriz cerca de 50 millones de dólares, según reveló el diario estadounidense.
La demanda de Johansson tiene gran importancia para la industria del entretenimiento, pues en fechas recientes las grandes productoras han priorizado el estreno de sus contenidos insignia a través de sus respectivas plataformas.
No obstante, estos esfuerzos por hacer crecer las plataformas de las compañías podrían tener serias repercusiones económicas, tanto para actores como productores, debido a los contratos establecidos con anterioridad.
Un abogado de Kasowitz Benson Torres LLP, despacho que representa a la actriz, aseguró que no será la única ocasión que el talento de Hollywood se enfrente a Disney, o a cualquier otra compañía, para hacerle ver que debe honrar sus contratos.
Dentro del documento legal, el equipo de la estrella de Marvel aseguró que en 2019 comunicaron a la productora su preocupación de que Black Widow se estrenara simultáneamente en streaming y en cine; sin embargo, David Galluzzi, abogado en jefe de Marvel Studios, aseguró que en ese caso se realizaría la renegociación del contrato de la actriz. Pero esto no sucedió.
Streaming en pandemia
El incremento de los estrenos a través de plataformas digitales en gran medida ha tenido que ver con la pandemia de Covid-19 y el cierre de las salas de cine alrededor del mundo.
Otros gigantes del entretenimiento han recurrido a una estrategia similar a la de la casa del ratón. Warner Media –empresa detrás de HBO Max– tuvo que renegociar contratos con su talento, que estaban sujetos a la recaudación en taquilla, luego de estrenar al mismo tiempo su contenido en cine y en su servicio de streaming.
Después de la muerte de Natasha Romanoff en Avengers: End Game, la película en solitario era la despedida de Scarlett Johansson al personaje, que interpretó por una década, desde su primer aparición en Iron Man 2.
Hasta la fecha, la recaudación en taquilla de Black Widow es una de las más bajas para las películas de Marvel, que suelen conseguir miles de millones de dólares con su estreno internacional en cines. Varios analistas de la industria han barajado la posibilidad de que facilitar el consumo doméstico de los estrenos tenga un impacto negativo sobre las ganancias en cines.
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Con lo anterior, la demanda de Scarlett Johansson contra Disney parece plenamente justificada y respaldada no sólo por los números, sino por los miembros de la industria, que no quieren pagar con su trabajo el cambio de paradigma en el consumo de contenido.