"Hay una serpiente en mi bota" o "Al infinito y más allá" son frases que marcaron a toda una generación que creció viendo las películas de Toy Story. Woody y Buzz Lightyear fueron los protagonistas de esta saga que comenzó hace 24 años y que este viernes estrena su última entrega.
Su éxito y trascendencia no es gratuita, asegura Jonas Rivera, quien ha estado involucrado en la saga desde la primera entrega estrenada en 1995. “Hay algo en estas películas que es universal: todo el mundo piensa o pensaba que sus juguetes tienen vida”, dice quien en 2016 se llevó un Oscar por su trabajo como productor en la cinta Intensa-mente.
Woody dice adiós, Toy Story llega a su final
A simple vista, Toy Story podría tratar sólo sobre la hermandad de un grupo de juguetes. Sin embargo, el encanto de la historia tiene que ver con explotar la imaginación de los más jóvenes, pero mantenerse cerca de las inquietudes de los mayores. “Los juguetes te muestran que toman su trabajo muy en serio, algo que los adultos pueden ver y reconocerse”, afirma Rivera.
“En realidad son juguetes como problemas emociones reales. En las películas hablamos de sus preocupaciones, sus puntos ciegos. Woody básicamente tiene miedo de perder su trabajo, y eso es algo con lo que un adulto se identifica porque todos tenemos ese temor. Es distinto a como lo ve mi hijo de siete años, que tiene otra visión”, añade el productor.
Josh Cooley, director de Toy Story 4 que se estrena este viernes en todo el mundo, afirma que estos personajes “se volvieron sumamente importantes para Pixar, crecimos con ellos. Tenemos un tremendo sentimiento de orgullo y con esta película pusimos todo de nosotros para honrar el pasado de la saga, pero haciendo algo nuevo”.
Toy Story 4 se ubica tras la despedida de Woody con Andy, donde él y el resto de los juguetes quedan en manos de Bonnie. Sin embargo, la tranquilidad se termina cuando aparece Forky, creación de ella ha hecho con un tenedor-cuchara, unos ojos, un limpiapipas y un par de palos de madera, y que no comprende su trabajo como juguete.
“Forky sólo quiere regresar a la basura, pero que es importante para Bonnie. Lo divertido es que no entiende el mundo y Woody se lo tiene que explicar, además de provocar que se rebele”, dice Rivera, quien también ha participado como guionista y actor de doblaje en algunos de los cortos de Toy Story.
“Este personaje se ve a sí mismo como alguien que no vale la pena, pero la realidad es que es el más importante en la película. Pero gracias a Woody descubre lo que significa ser un juguete de verdad, cómo ayuda a Bonnie y al resto del grupo manteniendo siempre su personalidad”, explica.
La cuarta entrega de Toy Story significa el cierre de esta historia que en 2020 cumplirá 25 años. Sin embargo, Jonas Rivera y Josh Cooley aseguran que la saga podría permanecer viva en otros formatos.
“Siempre hay oportunidad de hacer más, nunca decimos nunca. Pero de alguna manera diseñemos esta película para que termine, nos sentiríamos satisfechos. Hay cortos, no creemos que vaya a desaparecer, pero en términos de la historia de Woody y Toy Story creemos que se acabó”, finalizan.