Hace cuatro años, Priscila Arias tomó la decisión de empezar su propio blog de moda, al no coincidir con el tipo de mensaje en cuestión de imagen que ofrecen los medios de comunicación.
Eso la llevó a decir “yo voy a ser esa mujer” y a crear Fatshionista, que después la catapultaría a Felizmente, un programa televisivo que tras un año de emisiones busca poner sobre la mesa, temas que interesen a todo tipo de mujeres.
“Nosotras sentimos la presión y el tema es que nadie lo habla, ni si quiera lo compartes con tu amiga solamente nuestro autobullyng por así decirlo de ‘amiga me veo gorda’ pero nunca decimos ‘me siento mal porque no me parezco a la Kylie Jenner o a la Kim, o a cualquier modelo que veamos entonces, empezar a hacerlo tema de conversación y darnos cuenta de que no estamos solas, le quita esa carga de estrés”, comenta en entrevista telefónica para El Sol de México.
Desde entonces Priscila ha trabajado para grandes marcas de moda y desde su perspectiva, en esos cuatro años en los que ha estado trabajando, la industria ha comenzando a ser mucho más incluyente y diversa.
“Ahora ya doy brincos cuando encuentro cosas para mí, sé que eso es con el tiempo, que mientras todas sigamos apoyando proyectos como Felizmente o aplaudamos una portada de una revista con una modelo curvy o plus size, o ya no digas eso, sino que en general rompa con cualquier estereotipo es cuando vamos a llegar a donde ya no tenga que haber divisiones”, expresa.
Esto, podría combatir de alguna manera, la gran tasa de cirugías plásticas que existen en países latinoamericanos, “antes de observar el tema de salud física o de una estética física, debemos de buscar tener salud emocional con el mismo grado de importancia, por más cirugías que nos hagamos, el amor propio no viene en forma de silicón, a veces inviertes tanto dinero y de todos modos sigues sintiendo mal e imperfecta y eso no lo compra ninguna cirugía”, asegura.
En ese sentido, Felizmente, “parte de las experiencias más simples y básicas de cualquier mujer, desde hablar 'oye sabes que tengo una boda… no se qué ponerme', hasta cosas cosas del día a día de ellas", , asegura.
Para el resto del año le esperan “más experiencias, diversidad y más libertad, quiero llevar más invitados para que si no se identifican directamente conmigo, puedan identificarse con una chica trans, o una muy alta o muy bajita, o incluso que sea talla regular, alguien que alce la voz y diga está bien como soy”.