Brasil comparte el mismo dolor histórico de las dictaduras militares que muchos países iberoamericanos experimentaron a lo largo del siglo XX. Ellos vivieron la opresión de un régimen totalitario de 1964 a 1985, dejando a en su camino centenas de muertos, desplazados y desaparecidos.

Los músicos no quedaron exentos del abuso, pues eran acusados de fomentar el comunismo y mancillar los valores del país. A pesar de toda la violencia y la represión, su música sobrevivió, ya fuera porque se fueron exiliados o porque quedaron en la memoria de las comunidades hasta nuestros días.

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La serie documental El silencio que canta por libertad, que compite por el premio Emmy Internacional a mejor documental narra ese pasaje sobre la música popular brasileña y como fueron perseguidos, encarcelados y torturados, incluso llevados al exilio. Se trata de una producción única en su tipo en Brasil.

“Esta serie se enfoca en el efecto que tuvo la dictadura militar de Brasil en su clase artística. Casi todo el mundo conoce lo que durante ese tiempo pasó en Río de Janeiro y São Paulo, pero Brasil es un país de tamaño continental. Si pensamos en músicos como Gilberto Gil y Caetano Veloso, ellos son del norte de Brasil y sintieron la represión y persecución antes de que llegara a estas ciudades y ellos fueran exiliados.

“Estamos hablando de una historia que nadie cuenta, pero en la que quedaron silenciados muchos artistas, que aportaron muchísimo a la música brasileña”, explicó Omar Marzagão, productor de esta serie, en entrevista con El Sol de México.

Conformada por ocho episodios, de 23 minutos cada uno, la serie muestra un profundo trabajo documental de la historia e influencias que conformaron la música brasileña, así como las entrevistas con músicos que sobrevivieron a la represión militar, entre ellos Alceu Valença renombrado cantante, compositor e instrumentista conocido por sus canciones influenciadas por la cultura del nordeste de Brasil, quien tuvo lugar desde 1964 hasta 1985; o José Carlos Capinan letrista brasileño de gran impacto en la música popular brasileña, compañero de Gilberto Gil.

“Esta serie significó una gran labor para buscar y encontrar a estos músicos, que se encontraron con una gran disposición y apertura, pues por fin podían hablar de una época en la que se les había impuesto el silencio.

“Todos esos músicos están muy agradecidos por cada una de las entrevistas, pues habían temido que morirían a pesar de haber atestiguado o fueron compositores de grandes canciones. Con todo lo que contamos, pensamos que esta serie es un reflejo de la historia de nuestro país y el mundo”, comenta Úrsula Corona, directora de la serie.

Dan su testimonio 33 músicos que fueron perseguidos por la dictadura, entre ellos Moraes Moreira (1947-2020), la cantante Gal Costa (1945-2022), el cantante, compositor e instrumentista Gilberto Gil y el compositor José Carlos Capinan, representantes de la Tropicália, este fue un movimiento que surgió en la década de 1960 durante la dictadura militar y fomentó la conciencia política en la Música Popular Brasileña, a través de temas que protestaban contra la realidad. También participan en la serie los cantantes, compositores e instrumentistas Alceu Valença y Chico César, además del cineasta Cacá Diegues.

AMENAZAS Y RESISTENCIA

Sobre la relevancia que ha adquirido este documental, Omar Marzagão considera que ha sido por el reconocimiento que han tenido todas las regiones de Brasil, las cuales son diversas en religión, expresiones artísticas y deportivas, pero que encuentran en estos hechos históricos, así como en la esclavitud de siglos anteriores comunes denominadores, los cuales también responden a cambios sociales en todo el continente.

“Hoy Iberoamérica está experimentando cambios ideológicos muy importantes. Lamentablemente hay algunos que se han opuesto a reconocer nuestra historia. Así que esta serie ha sido parte de este debate, porque nosotros la hicimos durante un gobierno de derecha, que no valorizó nuestro pasado y promovió valores dictatoriales, contrarias a las historias que aquí contamos.

“Nosotros sólo somos los contadores de historias, el micrófono de todos los que vivieron la represión, pero sí que tuvimos algunas amenazas y tuvimos algunos personajes que no quisieron hablar, ante intentos de silenciarnos, por parte de simpatizantes del regreso de la dictadura militar”, explica el productor.

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Tomando en cuenta que Brasil sigue siendo un país muy dividido políticamente, los creadores de esta serie se muestran muy contentos de que esta serie ha sido nombrada en los portales gubernamentales de la actual administración brasileña, así como de la Comisión de la Verdad de aquel país.

“El arte tiene un papel fundamental para la historia de un país, pero también para el cambio y la vanguardia. Es uno de los grandes representantes de las sociedades y un poderoso registro ante el tiempo, cosa a lo que mucha gente le puede tener miedo, porque una vez encendido es difícil de apagar”, finaliza el productor.

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