Rubén Blades, quien hoy da un magno concierto con sus grandes éxitos de cuatro décadas en la música en el Auditorio Nacional confirma que trabaja en un libro autobiográfico en dos volúmenes, abarcando los aspectos de su vida familiar, de abogado, de artista, de padre de Joseph Vernes, de esposo de Luba Mason y político, porque “en cinco años más buscaré una curul y no necesariamente la presidencia, sino para servir a mi país como lo hice atrás en la secretaría de Turismo que durante ese tiempo sólo canté el Himno nacional de mi Patria”.
El también actor, declara que está por cerrar el contrato con la editorial que le imprimirá y distribuirá su libro autobiográfico en dos volúmenes, cuya primera parte contará sus primeros años de vida y las ronzas por las que emigró a Estados Unidos y no se quedó en Panamá.
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“Estoy trabajando en la Universidad de Nueva York, en un puesto de docente. Ahí conocí a Carlos Chirino, quien es el que me ayuda en el proceso de estructuración de toda mi historia de vida para presentarlo en capítulos, porque lo que tengo que cuidar es cómo definir y qué quiero decir en el primer libro del que ya sabía Gabo (Gabriel García Márquez, quien fue su amigo). Tengo experiencia como músico, cantante, actor, en la política, experiencia como migrante, tengo artículos escritos como 400 que también quiero incluir, así como el análisis de las letras de mis canciones, por qué las escribí, en qué condiciones sociopolíticas, la reacción del público”, relató.
El salsero, abogado y politólogo, quiere explicar en su primer libro que si dejó Panamá fue porque su padre tuvo un problema con el régimen en el año de 1973 y él no los siguió de inmediato, porque estaba en la tesis de su licenciatura de abogado, tratando con reos y sus historias. "Entonces yo me considero un migrante que llega a Estados Unidos como abogado, pero ya era un compositor desde 1969, ya me habían grabado temas”.
Informó que René de Calle 13 lo buscó para que él produzca el videoclip de Cántalo, el tema que el puertorriqueño grabó con Ricky Martin y Bad Bunny, que estrenaron a nivel mundial en la vigésima edición de la ceremonia de los premios Latin Grammy, cuya letra invita, “a la unión de la raza humana sin importar religión, estatus social o color de bandera, en sonido salsa, pop, reguetón y bossa nova”.
Por cierto, respecto a cuánto tiempo le augura al reguetón como tendencia, admite: “Toda música tiene su tiempo, cada generación tiene su bandera. Quiénes somos como inquisidores para aprobarla o desaprobarla, es absurdo. Al rap le pasó lo mismo, hasta en los premios se le ignoraba y hoy es uno de los estilos más importantes".
Respecto a la situación actual en nuestro continente, el artista, que antes de la conferencia se reunió con niños músicos de Tepito, reflexiona: "Los cambios no me sorprenden. La unanimidad no existe. Cada país apelará a sus mejores ángeles. El problema que tenemos en América Latina, no creo que sean las ideologías, estamos trabajando con modelos obsoletos de administración pública y necesitamos un nuevo paradigma porque los problemas no sólo se limitan a los de izquierda y los de derecha o de cualquier nuevo gobierno utilizando las mismas estructuras que el tiempo ha demostrado que son obsoletas".
Pero no es sólo problema de los gobernantes, abunda, "la gente clama por sus derechos, sin cumplir con sus obligaciones cívicas, cómo es posible que hay un 70 por ciento de los jóvenes que no votan en elecciones, es increíble. Todos los problemas de corrupción hablando de Panamá , se pueden eliminar observando las conductas de los políticos que nosotros pusimos ahí en las cámaras y no repetir en el poder a los que fallan”.
También se dio tiempo para hablar sobre Donald Trump: “ Yo soy racional. En mi opinión no debe de ganar una reelección. Él no representa al país. Ahora hay malestar general, ya dicen que no puede seguir de esta forma. Yo me rehúso a creer que Estados Unidos va a ser determinado por los peores ángeles de su carácter nacional".