Falsos apóstoles (religiones), la trata de personas, extorsiones desde la cárcel, robos en los microbuses, empleados de la maquila de ropa envenenados con plomo y los diablitos, son parte de los temas que se abordarán en los 20 episodios de la segunda temporada de Sin miedo a la verdad, despierta, que estelariza Alex Perea en el papel de Manuel Montero, Manu el justiciero.
Rubén Galindo, productor ejecutivo y coescritor de la teleserie, a lado de Manuel Strupini, que el año pasado captó en sus transmisiones 2.8 millones de telespectadores, dio a conocer que los tópicos que se abordan son tomados de la realidad que la sociedad actual padece.
“Estamos haciendo un proyecto que rompe con la tradición, estamos entrando en temas muy duros sin pelos en la lengua, en un tono amable, sin tratar de hacer apologías, ni de delito, ni de la sangre, ni de la violencia, sino más bien de la perspectiva de la víctima, cuando las familias son destruidas cuando la delincuencia nos rebasa, porque sabemos que el ansia de poder está en quienes controlan el país, y la envidia, porque éste cáncer ha crecido, gracias a la idea equivocada de que todos somos iguales y por lo visto todos nos merecemos lo mismo”.
Tras presentar el elenco base dirigido por Silvia Tort, y que encabeza Alex Perea, como Manu; Dacia González, en el papel de Doña Catalina Gómez; el villano Fermín Martínez, Horacio Escamilla; Ligia Uriarte, Lety; Ana Cristina Rubio, Estéfani; Tania Niebla, Bere; Paco de la Fuente, Paco y Jackie Sousa, la mujer policía Andrea Loera; resaltó Galindo que no hay autocensura en el guión.
“Sí ha habido una conciencia del equipo de guionistas y producción de saber que estamos mostrando nuestros contenidos a través de Las Estrellas que es un canal netamente familiar. Y sí, nos gustaría que todo México vea la serie en especial los que tienen el poder, los que toman decisiones e influyen en las masas, porque si bien a México le faltan leyes e instituciones que hagan que las leyes se respeten, también a los ciudadanos nos hacen falta modelos aspiracionales con valores más allá de lo material, por eso, estos personajes se mueven a través del amor, la lealtad, la dignidad, la honestidad, de ese espíritu de ayuda al prójimo para contagiar a toda la sociedad”.