Para el buzo y fotógrafo de tiburones Gerardo del Villar, acercarse a estos depredadores bajo el agua no sólo ha sido una experiencia increíble, sino también una herramienta con la que ha logrado transformar sus miedos en motivación y objetivos logrados.
“Los animales han sido parte fundamental en mi formación de vida y en mis momentos difíciles. Cuando yo pongo en la balanza el miedo que me da estar con uno, lo que le puedo aprender me crea mucha más pasión. Hace que parezca valiente”, comentó del Villar en entrevista con El Sol de México.
“Todos tenemos tiburones en la vida, lo hablo metafóricamente. La cosa es encontrar los motivadores correctos para vencer a esos tiburones y poder lograr lo que nos estamos proponiendo”, añadió.
“Los tiburones también tienen miedo” es el título del libro en el que el autor comparte esa filosofía con su público, misma que él descubrió haciendo una expedición en Colombia, en un lugar llamado La cara del fantasma, a inicios de 2023, de la que surgió su documental “La roca viviente: Malpelo, la isla de los tiburones”.
En el libro, cuyas ganancias serán destinadas a Casa de La Amistad, una organización de apoyo a niños con cáncer, Gerardo del Villar comparte 81 lecciones de vida que ha aprendido a lo largo de una carrera de más de 20 años como buzo, documentalista, escritor y fotógrafo, en la que, además de tiburones, también ha dedicado su profesionalismo a fotografiar orcas, ballenas, cocodrilos y osos polares.
El tiburón tampoco es como lo pintan
Con las lecciones reveladas, Gerardo del Villar deja un empujón motivacional, a través de su mayor pasión, el buceo, la cual surgió desde su juventud, por herencia de sus padres.
“Mi padre y mi madre buceaban mucho, pero mi madre falleció cuando yo tenía un año. Mi papá me platicaba de esas historias. Yo tuve la oportunidad de hacerlo hasta los 22 años y de ver a un tiburón hasta los 24. Fue amor a primera vista. Le tuve mucha empatía porque no estaba de acuerdo con lo que se decía y se sigue diciendo, que son asesinos despiadados”, explicó.
El trabajo logrado en el libro también es parte del esfuerzo por redefinir la imagen del tiburón. Ese objetivo surgió a partir de su “Proyecto tiburón”, en el que fotografió a los 10 tiburones más peligrosos del mundo.
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“Emprendí en mi plan para el proyecto, donde decidí levantar la mano por los tiburones y comenzar a desmitificarlos para lograr su conservación”, explicó. “Consistía en fotografiar a los supuestos tiburones más peligrosos, sin uso de jaula, para demostrar que un programa de televisión que había visto, se equivocaba”.
Con la publicación del libro, el autor reafirma su compromiso con compartir con la gente sus aprendizajes. “Me gusta compartir con las personas las herramientas o los aprendizajes que he obtenido de estas expediciones, mis fracasos y triunfos, con la esperanza de que a las personas les sirva para obtener una vida más plena”, finalizó el autor.
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