¡Mmmm galletas! Directo de los vastos terrenos de Internet, Chems emigró al mundo real para convertirse en una deliciosa pieza de repostería, elaborada a mano cuidadosamente por la familia Zaldívar.
La idea surgió el año pasado, cuando Joselaine Gutiérrez, la fundadora de Suave Lomito Repostería, hizo un lote para regalar, y las que sobraron las llevó a su trabajo, resultando en todo un éxito.
"Joselaine tenía mucha inquietud de hacer al perro, constantemente me decía que se iba a vender muy bien, pero como trabajaba, no tenía tiempo. En una ocasión hicimos una charola para su novio, y las que sobraron se vendieron muy bien", detalla su madre y socia, Ruth Zaldívar, quien se encarga de decorar y empacar los productos.
El proceso comienza con la preparación de la masa, cuya receta fue desarrollada por su hermano, Alejandro, quien tomó como base su experiencia previa como ayudante de pastelero, para crear un sabor único, de mantequilla y naranja, que fuera exclusiva para el querido perro de Internet.
Según detalla, encontrar los ingredientes correctos no fue fácil, pues tuvieron que pasar por varias pruebas de ensayo y error. "Más o menos tenía la noción, aunque fue diferente porque allá eran cantidades grandes. Me costaba sacar una receta de medio kilo, pero fuimos probando hasta que lo logramos, hicimos como cinco pruebas hasta que se dio la magia", cuenta Alejandro a El Sol de México.
Mientras preparan los moldes para cortar el lote de galletas que está a punto de entrar al horno, Joselaine detalla que aunque han trabajado con otros memes, como el Pikachu sorprendido, o el Perrito groserías fuertes, Chems siempre ha sido su producto estrella.
Una vez que encontraron la fórmula adecuada, empezaron a ampliar su catálogo, con chocolates y pasteles, recetas que también fueron creadas por Alejandro. Para darle su toque personal, mandaron a hacer moldes especiales impresos en 3D para toda la gama de productos, y en Halloween lanzaron ediciones especiales, como el Chems Drácula.
Una vez cortadas las galletas, se pasan al congelador, para que la masa se vuelva más sólida, y sea más fácil de manipular; mantienen durante al menos 30 minutos, para posteriormente pasar al horno, donde permanecen entre 20 y 25 minutos.
Al finalizar, se pintan a mano y se colocan en su empaque para ser entregadas a los clientes. Todo este proceso es vigilado en cada paso, algo que consideran les ha permitido ofrecer los mejores productos.
"Otras personas también hacen productos de Chems, pero no es lo mismo que vayas a una pastelería, porque ahí cuenta la rapidez, no tanto la calidad", comentó Alejandro.
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Dada su experiencia profesional como Community Manager, Joselaine ha establecido un vínculo de comunicación en las redes sociales. "Lo más importante es la imagen, una buena recomendación ayuda mucho, pero una mala te puede tirar el negocio", detalló.
Por el momento, su servicio es únicamente en línea, con envíos a toda la República, y entregas personales en la estación del metro San Lázaro. Recientemente, añadieron a su oferta cojines con la imagen del Perrito groserías fuertes, pines, calcetines y tazas de Chems.