Respaldada por 35 telenovelas, la actriz Susana González llega como antagonista a la telenovela Imperio de mentiras como Renata Cantú Robles, casada con Juan Martín Jäuregui (Marcelo Arizmendi), un personaje que tiene la peculiaridad de vivir con esquizofrenia.
En entrevista con El Sol de México, la zacatecana afirma que Renata “juega un papel muy importante en la vida de esta familia porque es un elemento afectado y la dinámica entre sus integrantes cambia completamente. Lo que ella quiere es ser una persona con una vida normal, pero la familia no le deja ninguna responsabilidad de la empresa por su condición mental”.
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La actriz narra que para el casting arribó con un cúmulo de información en torno a la esquizofrenia y siguió preparándose sin saber si había obtenido el papel, porque esta es una problemática real que lleva a quien la padece a confinarse en su propio universo mental y desconectar de su realidad.
“El miedo de mi familia ficticia y el mío es que un día vaya a cometer una locura; el entorno me cuida y a la vez lo afecto, porque soy descuidada con mi tratamiento, lo altero o me niego a seguirlo”, agrega la actriz de su personaje, que además enfrenta el desamor y la frustración de no poder ser madre.
Sin embargo, la esquizofrenia no fue impedimento para casarse, pues “tiene una visión del amor muy particular, porque no se conecta ni con el amor, ni con la moral, ni con cosas como los prejuicios, ella maneja todo de una manera muy diferente”.
Susana González evitó hablar de nuevos proyectos teatrales o cinematográficos simplemente se enfocó en Imperio de mentiras, que la encumbra como una auténtica actriz como lo hizo saber la productora Giselle González.
Caracterizada con una imagen inocente, ingenua, con flequillo y poco maquillaje, la actriz destaca que su personaje, al enterarse de la muerte de su padre, "se cimbra y todavía le falta vivir el desprestigio en la sociedad en la que se desenvuelve, como familia adinerada lo vamos a resentir”.