Vamos a regresar 15 años en el tiempo: los teléfonos inteligentes comenzaron a dominar la vida diaria de las personas del primer siglo XXI; Barack Obama era el primer presidente de los Estados Unidos de ascendencia afroamericana; Oasis se separó tras un encuentro violento entre los hermanos Gallagher en París; Gossip Girl entretenía a los millenials y Nueva York ya no era el epicentro del rock y la música en el mundo, ese título lo dejaba para otras ciudades de Estados Unidos como Baltimore o Portland, poseedoras de bandas como MGMT o Animal Collective, las cuáles se convirtieron en fenómenos de la segunda generación del rock alternativo de nuestro siglo, que conocimos como hipsters en ese entonces, en forma de los primeros fenómenos virales de la fusión entre iPhones, YouTube y Facebook.
Nueva York se negaba en 2009 a dejar atrás en silencio su otrora reinado de lo indie. No dejaría pasar la oportunidad de por lo menos, mostrarnos una última gloria de sus años dorados post 9/11. Es así que en ése contexto conocimos a The Drums, la última gran banda neoyorkina de su generación, y la primera de una nueva, que dejó atrás la influencia de la Gran Manzana de finales de los 70, para hallar sus raíces en el sonido de los sintetizadores, los primeros años 80 y el colorido y efímero movimiento vaporwave.
The Drums, originarios de Brooklyn y encabezados por el ahora único miembro original, Jonathan Pierce, entre 2009 y 2011, la banda creció exponencialmente en su base de fans, en su exposición en la radio alternativa y universitaria, en la venta de discos. Sus dos primeros álbumes, el homónimo The Drums y Portamento, fueron lanzados con algunos meses de diferencia entre uno y otro, su sencillo “Money”, se convirtió en el himno definitivo del grupo, al obtener la certificación de disco de oro en los Estados Unidos y el Reino Unido.
Quince años después de su momento de mayor éxito e impacto, The Drums regresa ahora más que como una banda, como una marca, un pseudónimo en activo para la carrera solista de Jonathan Pierce, quién nos ofreció al final del año pasado su disco más denso, introspectivo, revelador y oscuro jamás hecho, Jonny.
En su momento pudimos platicar en exclusiva para El Sol de México con Jonathan: “...Este es el primer álbum que hago sin saber que estaba haciendo un álbum. Decidí que era un álbum cuando tenía todas las partes hechas. El punto es que comencé este disco en una especie de soledad, salí de Nueva York en 2020, era por dos semanas, pero pasé un año en casi completa soledad… La grabación del nuevo álbum me llevó dos años. Cuando mi manager escuchó las canciones dijo, "ya tienes un álbum". Yo le respondí, "no, no es un álbum", son canciones y temas aleatorios, sobre sentimientos al azar. No podría imaginar cómo sería un álbum si los temas son opuestos unos a otros, algunas canciones son muy esperanzadoras, otras son muy desesperanzadoras; hay un tema sobre abuso sexual y cómo sanar de ello, hay otra sobre el amor de una madre, es toda una mezcla de emociones.”
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-Aquí en México en la radio y los medios de rock son muy queridos…
“Gracias por decirme esto. Amo muchísimo a los mexicanos. Mucho de nuestro éxito y de mi seguridad como artista, desde el principio, viene del público mexicano. Es una relación muy cercana la que tengo con los mexicanos…”
A manera de autobiografía, grabado en una cabaña dónde Jonathan Pierce pasó algún tiempo de su niñez mientras su familia pertenecía a una secta, Jonny, es un álbum conceptual que funciona para su creador como una catarsis introspectiva sobre el abuso sexual infantil, la relación amor odio con sus padres, sobre todo con su mamá; sobre la contemplación de la naturaleza, la niñez, la adolescencia y el aislamiento. Elogiado por la crítica especializada, Jonny, se convirtió en uno de los mejores discos del año pasado y revitalizó la carrera de Pierce. Lo puso de nuevo en el foco de la música alternativa y lo sacó de gira.
Elogiado por la crítica especializada, Jonny, se convirtió en uno de los mejores discos del año pasado y revitalizó la carrera de Pierce
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El próximo viernes 20 de septiembre The Drums traerá de nuevo a México, su más reciente disco en el que ahora se ha convertido en una de las capitales del rock alternativo e independiente en la Ciudad de México, el House of Vans. Un show gratuito que tiene en su gratuidad, el precio de lo complicado que resulta el registro para los accesos al showcase, una estrategia que evita la reventa y especulación pero que también deja a muchos fans afuera de los eventos.
El año pasado The Drums se presentó en el Pabellón Oeste del Palacio de los Deportes y hace dos años dieron un par de conciertos para celebrar los 10 años de su emblemático disco Portamento, uno en el Pepsi Center del WTC de la Ciudad de México, y otro más en el Corona Capital de Guadalajara, lo que confirma la relación extremadamente cercana entre Jonny y el público mexicano. En esta ocasión se presentan el 20 en House of Vans y un día antes se presentarán en Guadalajara en el C4 Center House. Previo a sus dos próximas presentaciones en México, The Drums dió una serie de conciertos por América del Sur, en Argentina, Chile, Brasil, Colombia y Perú.