GUANAJUATO. Si bien del 2020 a 2021 se detuvo la producción de las obras de teatro del Proyecto Ruelas por la crisis sanitaria, se busca extender el programa a nuevas comunidades de cara al siguiente año, cuando el Festival Internacional Cervantino cumplirá 50 años.
Para ello, a pesar de la suspensión de actividades, se mantuvo el trabajo a distancia y por plataformas digitales, con las comunidades para hacer una suerte de autoevaluación del ejercicio escénico y preparar nuevas propuestas e incluso invitar a nuevos directores y poblaciones.
“Lo que nos deja a nosotros este periodo es la búsqueda de la comunidad y las nuevas formas de expresarse a través del teatro. El Proyecto Ruelas nace de los entremeses cervantinos, pero para darle el enfoque social nos hemos ido a las comunidades y ahora sabemos de las carencias de ciertas regiones del país para la llegada de este tema virtual, lo que hacemos este año es que mostramos el trabajo que se ha hecho en estos lugares para proyectarlo en otros sitios del mundo y que se conozca; de otra forma sólo se quedaría en el estado”, refirió en entrevista Gabriela Morales, vocera del Proyecto Ruelas.
Para esta edición del festival cada director de los tres diferentes grupos escénicos, integrados por habitantes de comunidades, eligió una obra producida antes de la pandemia para llevarla a un formato virtual. En algunos casos aprovecharon para documentar la labor artística entre la población y dar cuenta de cómo el teatro ha impactado sus comunidades.
La programación del Proyecto Ruelas, desde la plataforma virtual, se integra por La Mancaña, la autobiografía de un pueblo narrada en una estructura teatral que produjeron los habitantes del pueblo de Pozo Blanco del Capulín, en Guanajuato, con la intención de reconstruir la geografía del lugar a partir de los testimonios de niños y abuelas.
La compañía de esta comunidad se autonombró Los Quijotes de Pozo Blanco y bajo la dirección de Raquel Araujo, se integra por seis actores y dos músicos, quienes muestran la transformación de su entorno desde la memoria colectiva.
El segundo proyecto se titula Tierra, ¿de quién es la tierra que trabajo?, un video documental que da cuenta de la evolución de la comunidad de Puerto Valle de Santiago a través de las voces de las madres, hijas, hermanas y abuelas, quienes mantienen un vínculo con sus antepasados y las tradiciones del lugar. Este proyecto, a cargo de la Compañía de Teatro Comunitario de Puerto de Valle y La Máquina de Teatro, es dirigido por Juliana Faesler, y se presentará el 22 de octubre a las 13:00 horas.
La tercera función será Presente, no nos llamen futuro, un proyecto comunitario que reflexiona sobre las problemáticas educativas de la región y lo hacen desde la voz de los estudiantes de la colonia San Juan de Abajo, en León, Guanajuato. El proyecto fue producido por El Colectivo de Teatro Comunitario Lxs de Abajo, compuesto por 20 artistas locales y dirigido por Sara Pinedo. Se presentará el 27 de octubre a las 13:00 horas en versión digital.
“Pedimos que se juntara el programa más memorable o que tuviera más proyección para salir en plataforma virtual porque se ha dejado de trabajar un año en las comunidades por el tema del Covid y se hizo esta recopilación con la finalidad de que no sean olvidados para los 50 años del festival. Queremos retomar el trabajo con las comunidades, colaborar con otros directores y ver la posibilidad de invitar a algún director extranjero para que trabaje estas comunidades”, acotó Morales.
Justo con la atención en la edición 50 del FIC, este año se trabaja en fortalecer las compañías comunitarias ya existentes y extender el proyecto a otros poblados, por lo que se buscarán nuevos vínculos con el gobierno estatal y directores escénicos. “Con vistas al 50, nos gustaría más directores escénicos para colaborar y vincularnos con el gobierno del estado para crecer el proyecto y llegar a los 50 con un proyecto más consolidado”, concluyó.