MORELIA.Teresa es una policía novata que en sus primeros días de servicio tiene que resolver sola una emergencia de vida o muerte. Los paramédicos no llegan y ella no tiene conocimientos de medicina, pero logra salvar dos vidas. Tiempo después conoce a Montoya, un oficial con el que termina compartiendo patrulla y anécdotas de vida.
Ambos detienen maleantes cuando las leyes no escritas de la impunidad se los permiten. Pero también aceptan uno que otro billete cuando una fiesta se sale de control y la dueña del departamento no quiere meterse en mayores problemas. Es la dualidad de un sistema corrupto que envuelve al cuerpo policíaco día con día en la Ciudad de México.
Alonso Ruiz Palacios lo registra en Una película de policías, cinta que forma parte de la competencia de Largometraje Mexicano de la decimonovena edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Un documental que a través de la ficción desentraña los males del cuerpo de seguridad de la capital del país, mediante dos personas amantes de su oficio que con el paso del tiempo son absorbidas y desdeñadas por el mismo sistema.
“Originalmente íbamos a hacer un documental sobre la crisis de corrupción e impunidad en México. Y trabajándolo de manera libre, entrevistando gente y especialistas, poco a poco encontramos el tema. Siempre la figura de los policías era lo que más nos interesaba y eso se me hizo también lo más cinematográfico”, cuenta el director sobre el origen del proyecto.
El documental se cuenta a través de las actuaciones de Mónica del Carmen y Raúl Briones como la pareja de policías. Ambos interpretan en pantalla las experiencias de estos oficiales que en el fondo escuchamos a partir de las entrevistas que Alonso Ruiz Palacios tuvo con ellos.
“Ese formato donde prevalecen sus voces sobrepuestas a la imagen que encarnamos Mónica y yo fue una de las cosas que más aportó a la caída de los prejuicios en mi interior”, señala Raúl Briones.
“Este formato de repetir las palabras de las personas reales, entender su respiración y muletillas, me llevaba a comprender cómo piensan, pues la forma de hablar es un reflejo de cómo piensas”, explica el actor.
Para Mónica del Carmen, Una película de policías es una oportunidad de reflexionar y comprender desde otra perspectiva a las personas detrás de los uniformes de seguridad.
“Y sobre todo saber que son personas que tienen familia, amigos, que aman, que hay personas valiosas y nobles, talentosas y capacitadas a pesar de los obstáculos que se les ponen”, agrega.
“Pero como en toda la diversidad de personas también existe la maldad y el querer hacer daño. Pero eso no es una condición propia de alguien que es policía. Dentro de esa imagen prototípica, son personas como nosotros, con sueños, con una idea de querer ser servidores y hacer bien su trabajo, víctimas del engranaje de la corrupción”, señala Mónica del Carmen.
Combinar la ficción con el documental fue más una necesidad técnica que una intención. Ruizpalacios cuenta que contar con dos actores le permitía recrear de manera más fiel las anécdotas de Montoya y Teresa.
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“Teníamos el problema de cómo retratar todas estas cosas de las que hablaban y que son difíciles de capturar en pantalla: los intercambios de dinero, los tratos de la ciudadanía hacia los policías, la relación con los mandos. Yo sabía que no quería un documental de entrevistas, entonces ahí surgió la idea de traer actores”.
Una película de policías estrenó en el Festival de Berlín donde el trabajo de edición de Yibrán Asuad fue reconocido por sus contribuciones artísticas. Antes del FICM, se presentó en el festival de San Sebastián y seguirá su ruta como la cinta inaugural de Ambulante, que inicia el 3 de noviembre; además de estrenar el 5 de noviembre en Netflix y algunas salas de cine en el país.
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