Hace apenas cuatro años, la banda sueca V**gra Boys dio a conocer su disco debut Street Worms, del que se desprendía aquella críptica pero contagiosa canción llamada “Sports”, en la que una grave voz rezaba algunos de sus “deportes” favoritos, entre los que figuraban béisbol, baloncesto, surf y baile, además de drogarse por la mañana y comprar cosas por internet.
Pudo haber sido un one hit wonder o una llamarada de petate, como decimos de este lado del mundo, pero no. Los autores de aquella canción, originarios de la ciudad de Estocolmo, daban cuenta desde aquel disco de una música punk cruda, directa y socarrona, como debe ser el punk.
Tres años después llegó su segundo asalto, Welfare Jazz, el cual obtuvo todo tipo de elogios de parte de medios como Pitchfork, NPR, GQ o NME, quienes no sólo alababan el poderío de esta nueva banda, sino también lo mucho que estaban creciendo en términos de escritura y producción.
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Después de girar por muchos países y de pisar festivales que de alguna manera son como un voto de confianza para los artistas en franco crecimiento, este año la banda sorprendió con el anuncio de un tercer disco, uno que los está llevando a colocarse como la punta de lanza de ese rock, cada vez más escaso, que aún destila algo de pasión.
El anuncio de dicho álbum coincida con el lanzamiento del primer adelanto, “Ain’t no thief”, en cuyo videoclip aparece su vocalista Sebastian Murphy -quien es el protagonista de todos los videos de la banda- en el rol de un predicador evangélico que está vaciando los bolsillos de su congregación.
Le siguió “Punk rock loser” otra especie de hit instantáneo en el que el cantante tiene un genial arranque de sinceridad:
“Esta cadena de oro no es real, es falsa / No soy tu tipo promedio / Seguro que no soy glamoroso / Soy un salvaje, traté de advertirte… ¡Estoy perdido!”
Y no era una simple ocurrencia, sino prácticamente una declaración de principios, ya que el propio Sebastian Murphy tiene tatuada la palabra “perdedor” en la frente.
El disco completo se titula Cave World y salió a la luz precisamente hoy. Se trata de una placa inspirada en eventos actuales, por lo que busca atravesar la locura y confusión en la que se encuentra el mundo ahora mismo.
Sobre este material, que fue producido por Pelle Gunnerfeldt (The Hives, The Knife) y DJ Haydn, el propio líder de la banda confiesa:
"Lo dejamos marinar por un tiempo y luego volvimos a grabar absolutamente todo". En ese proceso, Murphy se encontró dándole vueltas a una idea con raíces más profundas de las que imaginaba: La idea de que la humanidad se mueve hacia adelante.
Después de escuchar sobre una teoría que sugiere que la evolución significa intercambiar unas habilidades cognitivas por otras, comenzó a pensar lo que ha hecho que a estas alturas de la vida nos sigamos enfrentando a situaciones como los asesinatos en masa o la negación de la ciencia.
De ahí le vino la idea de cuestionar: ¿Quién es el verdadero simio, el hombre que es capaz de matarse y declarar guerras o esos animales que sólo son capaces de amar y sentir?
Con ese tipo de sentimientos surgieron otras canciones como “Baby criminal”, “The cognitive trade-off hypothesis”, “Human error” y “Return to monke”.
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Le compartimos nuestro agrado de escuchar un disco de rock que suena lleno de energía, directo y contagioso, a lo que responde:
“Creo que este disco tiene un sonido un poco nuevo para nosotros, creo que es un poco diferente o menos clásico, porque es una reacción a todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor… Es una locura todo”.
La sencillez es la clave
¿Pero cómo hacen para mantener el estilo de la banda y al mismo sonar frescos? Y su respuesta suena lógica:
“Creo que lo importante para nosotros es apegarnos a las raíces de la banda, que es básicamente la simplicidad; es decir, mantener las cosas simples y si tenemos riffs de guitarra pues tratamos de que las canciones no estén llenas de eso, porque no hay que hacer tantas locuras, sino tratar de que la columna vertebral de la canción sea siempre el ritmo, ese tuc, tuc, tuc que es como un sentimiento pulsante, para que la letra pueda tomar más espacio y dejar que la música haga lo suyo… Y eso es algo que puede durar cinco minutos… o 20, como pasa también con el techno, por ejemplo”.
Pero tampoco ha sido todo miel sobre hojuelas en el franco ascenso que esta banda parece estar teniendo. En octubre pasado, su guitarrista Benjamin Vallé, uno de los fundadores de la banda, fue encontrado muerto en su natal Estocolmo.
En ese momento Sebastian Murphy se limitó a escribir en su perfil de Instagram: “Descansa en paz mi amado amado Benjamin. Te amaré por siempre, eres un hombre maravilloso. Nos vemos en el cosmos ".
Ya durante la charla, el músico no quiso agregar demasiado, aunque acepta que fue un gran reto para la banda perder a su compañero:
“No quiero decir mucho más… Es decir, sabemos que siempre vamos a poder seguir haciendo música de cualquier modo, pero el detalle es que él tenía un sonido muy importante, uno que nadie va a poder imitar nunca. Tenía un poder en su guitarra que era realmente increíble y, a nosotros sólo nos toca encontrar nuevas formas de seguir adelante… Por supuesto que siempre se le extrañará, es muy difícil estar sin él”.
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Pasando a temas más amables, le preguntamos si no han tenido problemas de censura por el nombre de la banda, tomando en cuenta que vivimos en tiempos en los que hay un resurgimiento de lo políticamente correcto.
“Sí, un poco y, creo que solamente en lo que se refiere a los correos electrónicos, que si escribes el nombre como es, pues se van directo a la basura porque así lo hace el sistema, ya que supuestamente hay mucha gente vende Viagra en línea. Pero por lo demás, no tanto… O yo no he notado nada. Por otro lado, la mayoría de las radios son bastante liberales hoy en día, y es gente bastante liberal la que escucha nuestra música como para que realmente les importe eso”.
De ahí que muchas de las comunicaciones digitales de la banda o de su sello discográfico, los nombren como V**gra Boys.
Le pedimos que destaque su canción favorita de este nuevo disco, a lo que responde:
“Siempre contestaré de manera diferente, porque todavía no estoy seguro, pero creo que ahorita es “Ain’t no thief”, porque tiene una letra tan estúpida y hay tanta energía en ella, que me encanta. Aunque también podría elegir “Big boy”, que creo que es muy divertida… Me gustan las canciones que son muy divertidas y que te hacen moverte”.
Y tocarán en México
Murphy asegura que no puede esperar para volver a salir a los escenarios a presentar estas nuevas canciones. Y es que la banda ya tiene confirmada una larga gira por Norteamérica -con parada incluida en la Ciudad de México, como parte del cartel del festival Corona Capital que se realizará en noviembre-, para luego seguir haciendo lo propio por buena parte del Viejo Continente.
“México es el lugar de mis sueños. Realmente quiero ir a la Ciudad de México porque escuché que allá hay mucha gente que ama el rock and roll”, confiesa.
Antes de despedirnos le pregunto si la banda se siente parte de ese distintivo que tiene su país como tercera potencia mundial en lo que se refiere a música popular de exportación (sólo detrás del Reino Unido y Estados Unidos).
“No sé, tengo sentimientos encontrados… No creo que realmente sonemos a lo que suena la música sueca, porque la música de mi país suele ser mucho más segura, es decir, es música que siempre tiene que sonar muy bonita y muy emocional, como música para gente bonita… Y yo creo que nuestra música es mas para degenerados… Para frikis”, concluye.
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