/ miércoles 25 de septiembre de 2024

Prevención con inclusión y unidad en Puebla, ante fenómenos naturales

Debemos estar atentos a las variaciones que provoca el cambio climático en el planeta. Los fenómenos naturales que observamos en el día a día, como lluvias de moderadas a fuertes, cambios en la temperatura, rachas de viento, incremento o descenso en la temperatura, entre otras cosas, no son producto de hechos aislados, son situaciones que se van generando producto de un cambio en los ciclos, pues ya no nos debe sorprender que haga frío o calor en momentos fuera de temporada.

Como sociedad, debemos de unir esfuerzos, no ser indiferentes a acciones para mitigar estos cambios climáticos, debemos priorizar planes de emergencia, estar atentos, para no ser sorprendidos de manera repentina por el frío o calor y para ello, debemos comenzar a organizarnos, qué mejor que comenzar a planear acciones para enfrentar la próxima temporada invernal y contingencias por fenómenos naturales como huracanes o sismos.

Es necesario impulsar una cultura de la prevención que involucre a todos, sociedad y gobierno, dependencias que se involucren por implementar acciones para mitigar los efectos de un cambio climático.

Debemos de estar preparados, tomar sucesos que han pasado y que no podemos dejar de lado, como los deslaves ocurridos en la sierra norte del estado de Puebla, en donde se hizo necesario pensar en la instalación de módulos equipados con maquinaria especializada; con enseres como despensas, colchonetas y costales, con el objetivo actuar con prontitud en caso de una emergencia y ayudar a aquellas zonas con comunidades vulnerables, por deslaves, inundaciones, sismos o contingencia volcánica.

El estado de Puebla forma parte de las ocho regiones con mayor riesgo de deslizamiento de laderas en el país, los principales factores de susceptibilidad son su ubicación geográfica cercana al Golfo de México, formar parte del eje neovolcánico y los altos umbrales de lluvia que alcanza.

La Coordinación Nacional de Protección Civil detectó que históricamente el municipio con mayor riesgo es Teziutlán, sin embargo, en el Atlas realizado por la dependencia federal se expone que 65 municipios en la Sierra Norte de Puebla son altamente susceptibles al deslizamiento de laderas, que la hacen un punto de alto riesgo para la población en la entidad.

En la Sierra Norte los municipios con alto riesgo de deslizamiento de laderas, está focalizado en la región de Teziutlán, Francisco Z. Mena, Pantepec, Venustiano Carranza, Xicotepec, Tlaola,, Jopala, Cuetzalan, Zacatlán, Chinahuapan, Tetela de Ocampo, Hueytamalco, Acateno, Zacapoaxtla, Zautla, Ixtacamaxtitlán y Cuyoaco.

La mayoría de los deslizamientos ocurre entre los meses de mayo y noviembre, pero la mayor inestabilidad se encuentra en agosto, septiembre, octubre y noviembre, durante verano y otoño se pueden experimentar lluvias torrenciales, superiores a los 135 milímetros que generan un mayor reblandecimiento de laderas.

El atlas de riesgo también incluye a Hermenegildo Galeana, Olintla, Hueytlalpan, Huehuetla, Jonotla, Nuazontla, Xochitlán de Vicente Suárez, Tepetzintla, Ahuacatlán, Tepango de Rodríguez, Zongozotla, Huitzilan de Serdán, Xochiapulco, Atempan y Chignautla.

Sin duda, esto nos pone de manifiesto que en las labores de prevención nos involucra a todos, para realizar obras y proyectos para aprovechar el talento y la participación de ingenieros, arquitectos y especialistas a la par de mantener la ejecución de obra comunitaria en beneficio de las 6 mil 500 comunidades, incluyendo la organización de faenas, con tequio y mayordomía para agilizar la rehabilitación de zonas dañadas por fenómenos naturales.

Debemos estar atentos a las variaciones que provoca el cambio climático en el planeta. Los fenómenos naturales que observamos en el día a día, como lluvias de moderadas a fuertes, cambios en la temperatura, rachas de viento, incremento o descenso en la temperatura, entre otras cosas, no son producto de hechos aislados, son situaciones que se van generando producto de un cambio en los ciclos, pues ya no nos debe sorprender que haga frío o calor en momentos fuera de temporada.

Como sociedad, debemos de unir esfuerzos, no ser indiferentes a acciones para mitigar estos cambios climáticos, debemos priorizar planes de emergencia, estar atentos, para no ser sorprendidos de manera repentina por el frío o calor y para ello, debemos comenzar a organizarnos, qué mejor que comenzar a planear acciones para enfrentar la próxima temporada invernal y contingencias por fenómenos naturales como huracanes o sismos.

Es necesario impulsar una cultura de la prevención que involucre a todos, sociedad y gobierno, dependencias que se involucren por implementar acciones para mitigar los efectos de un cambio climático.

Debemos de estar preparados, tomar sucesos que han pasado y que no podemos dejar de lado, como los deslaves ocurridos en la sierra norte del estado de Puebla, en donde se hizo necesario pensar en la instalación de módulos equipados con maquinaria especializada; con enseres como despensas, colchonetas y costales, con el objetivo actuar con prontitud en caso de una emergencia y ayudar a aquellas zonas con comunidades vulnerables, por deslaves, inundaciones, sismos o contingencia volcánica.

El estado de Puebla forma parte de las ocho regiones con mayor riesgo de deslizamiento de laderas en el país, los principales factores de susceptibilidad son su ubicación geográfica cercana al Golfo de México, formar parte del eje neovolcánico y los altos umbrales de lluvia que alcanza.

La Coordinación Nacional de Protección Civil detectó que históricamente el municipio con mayor riesgo es Teziutlán, sin embargo, en el Atlas realizado por la dependencia federal se expone que 65 municipios en la Sierra Norte de Puebla son altamente susceptibles al deslizamiento de laderas, que la hacen un punto de alto riesgo para la población en la entidad.

En la Sierra Norte los municipios con alto riesgo de deslizamiento de laderas, está focalizado en la región de Teziutlán, Francisco Z. Mena, Pantepec, Venustiano Carranza, Xicotepec, Tlaola,, Jopala, Cuetzalan, Zacatlán, Chinahuapan, Tetela de Ocampo, Hueytamalco, Acateno, Zacapoaxtla, Zautla, Ixtacamaxtitlán y Cuyoaco.

La mayoría de los deslizamientos ocurre entre los meses de mayo y noviembre, pero la mayor inestabilidad se encuentra en agosto, septiembre, octubre y noviembre, durante verano y otoño se pueden experimentar lluvias torrenciales, superiores a los 135 milímetros que generan un mayor reblandecimiento de laderas.

El atlas de riesgo también incluye a Hermenegildo Galeana, Olintla, Hueytlalpan, Huehuetla, Jonotla, Nuazontla, Xochitlán de Vicente Suárez, Tepetzintla, Ahuacatlán, Tepango de Rodríguez, Zongozotla, Huitzilan de Serdán, Xochiapulco, Atempan y Chignautla.

Sin duda, esto nos pone de manifiesto que en las labores de prevención nos involucra a todos, para realizar obras y proyectos para aprovechar el talento y la participación de ingenieros, arquitectos y especialistas a la par de mantener la ejecución de obra comunitaria en beneficio de las 6 mil 500 comunidades, incluyendo la organización de faenas, con tequio y mayordomía para agilizar la rehabilitación de zonas dañadas por fenómenos naturales.