La playa es un lugar de descanso pero hay que tomar precauciones ya que no solo los humanos pueden sufrir un golpe de calor; nuestras mascotas también están en riesgo. Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM Banfield, explica cómo proteger a nuestros perros de esta peligrosa afección.
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El golpe de calor o choque calórico es una afección grave que puede poner en riesgo la vida de quien lo padezca. Mientras que los humanos se refrescan a través del sudor, los perros tienen un mecanismo más limitado para regular su temperatura. Jadean para liberar calor y sudan solo por los cojinetes de sus patas. Esto los hace más susceptibles a los golpes de calor, pudiendo llegar a daños celulares irreversibles e incluso a la muerte.
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Medidas preventivas
-Mantén a tu perro en un lugar fresco con acceso constante a agua. Evita dejarlo en algún lugar cerrado, lo cual puede aumentar la temperatura interna del hogar.
-Evita pasear a tu perro entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando la radiación solar es más intensa. Durante estas horas, además del riesgo de golpe de calor, hay una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de piel, similar a los humanos.
-Si debes salir en ese horario, lleva un atomizador con agua fresca (no fría) y rocía el rostro de tu perro. También puedes usar una toalla mojada de aproximadamente 20x20 cm para enfriar su dorso, abdomen o vientre.
-Nunca dejes a tu perro en el coche, especialmente en la cajuela, donde la temperatura puede alcanzar hasta 70 grados, convirtiéndolo en un horno.
-Los perros sudan por los cojinetes de sus patas. Ponerles zapatos puede obstruir esta ventilación natural.
-Aunque parezca contradictorio, no es recomendable rapar a tu perro durante el calor. El pelo largo actúa como aislante, atrapando aire y protegiéndolo de los rayos solares directos. Estudios termográficos han demostrado que un perro con pelo largo mantiene una temperatura corporal más baja que uno rapado.
Los perros y gatos de pelo blanco son más propensos a desarrollar cáncer de piel, similar a lo que ocurre en humanos. Además, en esta época, las mascotas son más susceptibles a parásitos y enfermedades virales como el moquillo. Por ello, es vital mantener al día los programas de vacunación y cuidados preventivos.
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