Antes de que te lances a comprar cualquier cosa con etiquetas verdes, hay que entender qué significan realmente estos términos y cómo influyen en tu rutina diaria de belleza y, por supuesto, en el planeta. La sostenibilidad, según la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas (ONU), se define como "satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". No se trata solo de ser "amigable con el medio ambiente"; es un equilibrio entre la responsabilidad ambiental, la solidaridad social y la eficiencia económica.
En 2015, la ONU lanzó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que promueven un equilibrio entre las áreas ambientales, sociales y económicas para asegurar un futuro próspero para todos (Naciones Unidas, 2022).
Asimismo, La industria cosmética está cambiando para responder a un consumidor que exige productos más naturales, verdes, orgánicos y éticos. Según datos del Institute for Business Value en 2020, el 60% de los consumidores están dispuestos a cambiar sus hábitos de compra para reducir su impacto ambiental, y el 80% consideran la sostenibilidad como algo importante, estando dispuestos a pagar más por marcas que respeten el medio ambiente.
El término "orgánico" se refiere al uso de ingredientes que se cultivan sin pesticidas, herbicidas o fertilizantes sintéticos. Esto significa que tu crema favorita de lavanda, si es orgánica, se obtuvo sin dañar la tierra ni los insectos que polinizan las plantas. Pero ojo, que "orgánico" no necesariamente significa "sostenible". Los cosméticos verdes son aquellos que contienen principalmente ingredientes naturales y evitan los sintéticos. Por otro lado, lo natural implica ingredientes derivados de la naturaleza, como aceites esenciales, mantecas y extractos de plantas. Sin embargo, estos términos no garantizan que el producto sea sostenible en todo su ciclo de vida, desde la producción hasta su eliminación.
Un producto de belleza sostenible tiene en cuenta las tres dimensiones de la sostenibilidad: ambiental, ética y social, y económica en todas las fases de su ciclo de vida. Desde el momento en que se concibe su diseño, pasando por la selección de ingredientes, fabricación, embalaje, transporte, uso y fase posterior al consumo, cada etapa tiene un impacto.
La empresa L'Oréal, por ejemplo, con su programa "For The Future – Sustainability Commitments for 2030", se ha comprometido a reducir en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero por producto final y a eliminar las prácticas que llevan a la deforestación para el año 2030. Garnier, una marca del mismo grupo, con su "Iniciativa de Belleza Verde", tiene como objetivo abastecerse de ingredientes de forma sostenible y reducir el uso de plásticos no reciclables. Busca apoyar a 800 comunidades en todo el mundo y pretende que para 2025 todas sus plantas sean neutrales en carbono.
Por otro lado, la Cámara y Asociación de la Industria de Productos del Cuidado Personal y del Hogar (CANIPEC) creó el Código de Autorregulación y Ética Publicitaria de Productos Cosméticos y de Aseo Doméstico para garantizar que la publicidad sea honesta, veraz y lega en México. Este código busca asegurar que las empresas cumplan con su labor de responsabilidad social, proporcionando a los consumidores información clara y honesta sobre los beneficios de sus productos.
Lo que debes entender es que no se trata solo de comprar un producto que diga ser "verde" u "orgánico". La sostenibilidad es un compromiso integral que incluye prácticas éticas, responsabilidad ambiental y cuidado social. Si quieres ser parte del cambio, investiga, pregunta y, sobre todo, elige marcas que se preocupen genuinamente por tu piel y el planeta. Porque, después de todo, no hay maquillaje que cubra los efectos del cambio climático.
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