Chimalistac y San Ángel en el sur de la Ciudad de México, constituyen un rincón colonial que nada le pide a Guanajuato, en el que se pueden conocer las momias que están en el Museo de El Carmen que lleva el nombre de la iglesia con un majestuoso retablo y el convento con pinturas que constituyen un patrimonio histórico de la urbe.
Esos sitios trasladan de manera mágica a la colonia. Las construcciones del siglo XVI y XVII permiten escapar de la vida apresurada en la que ha sometido a los capitalinos el urbanismo, al contemplar la belleza de éstas que retroceden el tiempo.
La alcaldía Álvaro Obregón alberga esas dos zonas con joyas de la arquitectura que abarcan también los siglos XVIII, XIX y XX que permiten implementar a modo un paseo turístico sin salir de la capital del país y conocer más de la historia de la metrópoli, no sólo de la época colonial, sino posterior a la Revolución Mexicana cuando asesinaron al general que en su honor le dieron a esa demarcación su nombre y, más de 300 años atrás el auge que tuvieron los carmelitas descalzos en el Convento del Carmen.
Al dejar el automóvil y utilizar el Metrobús, las estaciones Altavista y La Bombilla de la Línea 1 son ideales para comenzar un recorrido de horas a pie y ya no tener estrés. Como le plazca al paseante se puede iniciar con el caminar y una opción puede ser la calle del Carmen, esquina con Insurgentes Sur para adentrarse al barrio de Chimalistac que tiene su límite con la alcaldía Coyoacán y colinda con San Ángel.
Ya dentro del “Lugar del Escudo Blanco” como significa en náhuatl su nombre, el visitante se sentirá ubicado fuera del siglo XXI. Se remonta a otra época con calles empedradas y fuentes dignas de admirar, sin hacer a un lado las fachadas de residencias de la colonia.
Las calles albergan placas que ofrecen una explicación del lugar, con casas que no dejan de llamar la atención como la ubicada en Rafael Checa número 41 que tiene combinados los estilos barroco y morisco, en tanto que en el número 40 una cuenta en su fachada con la escultura a tamaño real de Adán y Eva. Y qué decir de la fuente en el huerto, como se le conoce, que formó parte en 1684 de una zona arbolada de la huerta del que fue escuela de horticultura.
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Y se pasa el tiempo sin sentir viendo las fachadas de esas casonas que en su mayoría tienen imágenes religiosas como de la Virgen de Guadalupe, además de los puentes históricos que sorprenden por su arquitectura y que permitían no interrumpir el cauce de los ríos con el paso de las personas.
El paseo lleva obligatoriamente a recorrer el Jardín de la Bombilla que llega hasta avenida Insurgentes Sur y su nombre provine del restaurante campestre que ahí se encontraba y donde el 27 de julio de 1928 el general Álvaro Obregón fue asesinado, luego de asistir a un banquete que le ofrecieron sus simpatizantes. Fue en 1935 cuando se erigió un monumento en su honor y en el lugar en que lo sacrificaron, que proyectó el arquitecto Enrique Aragón Echegara y por instancia del entonces presidente Lázaro Cárdenas, el cual contiene esculturas de Ignacio Asunsolo que simbolizan las luchas campesinas.
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Resulta ser un lugar idóneo ya en San Ángel para tomarse un descanso y admirar los jardines, las fuentes y el monumento al general Obregón que al subir unas escaleras se topa con la puerta con una cadena rota como símbolo de que se acabó con la esclavitud.
Posteriormente se puede emprender una caminata por la calle La Paz que lleva a la avenida Revolución donde se encuentra el Mercado Melchor Múzquiz o San Ángel que podría remontarse al siglo XVI con un mural en su fachada del artista Ariosto Otero y pasillos llenos de color por las frutas y verduras, así como diversos artículos que se ofrecen en los locales.
También en Revolución, está el Museo de El Carmen, a un lado de la iglesia del mismo nombre que era parte del convento, que hospeda a doce momias rodeadas de historia y que fueron encontradas en el marco de la lucha armada de 1910 y las protegieron vecinos del lugar.
Cuando el ex convento de San Ángel, mejor conocido como de El Carmen que junto con su huerto estuvo deshabitado, en el año de 1916 entraron quienes se hicieron llamar zapatistas y tras su estancia que dejó saqueos es que se encontraron los cuerpos momificados que están bien conservados y se exhiben, al igual que invaluables cuadros con pinturas de varios artistas como Villalpando.
San Ángel, rincón señorial de la ciudad, es apacible y alberga monumentos históricos con mercados de arte popular como el Bazar del Sábado y el de Las Flores que tiene un mural en su fachada, con plazas como la de San Jacinto y la Casa del Risco, sin que se haga a un lado sus rincones memorables con callejuelas, arcos y plazoletas, así como inmuebles históricos como el que albergó las oficinas de la alcaldía y ahora es Centro Cultural.