Cada 8 de marzo las mujeres marchan por las mismas razones: por los feminicidios, las violaciones, desapariciones, por las múltiples violencias y acosos sexuales.
Colectivos, organizaciones civiles, familias, hombres, niños, niñas y mujeres nuevamente tomaron las calles de la Ciudad de México para exigir justicia por la violencia que continúa en contra de las niñas y mujeres. Hasta las 19:00 horas aún no había información oficial de la asistencia, pero llenaron Avenida Juarez, el principal acceso al Zócalo capitalino, durante seis horas continuas.
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Madres, hijas, amigas, profesionistas y ciudadanas, asistieron por Ariadna, Debanhi, Alondra, Lesly y los cientos de feminicidios que están impunes.
Como es el caso de Carlos de Jesús, quien asistió a la marcha para exigir a la Fiscalía de la Ciudad de México que se haga justicia por el feminicidio de su hermana Elizabeth Vargas. En 2022 la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México investigó, en promedio, un feminicidio al día.
De acuerdo con el portal de datos abiertos, hubo 363 investigaciones.
“Desapareció en junio de 2022 y apareció muerta en enero de este año, seis personas acabaron con su vida”, explicó.
Elizabeth tenía 30 años y dejó al cuidado de Carlos a una niña de 13 años. Hasta el momento su agresor sigue libre.
La mujeres en Ciudad de México marcharon por los múltiples casos de violencia doméstica, psicológica, obstétrica, económica, vicaria, laboral, ácida, entre otras.
Como la historia de María Elena Ríos, saxofonista sobreviviente de un ataque con ácido, en Oaxaca.
“En el 2022 el primer semestre el Gobierno de México reportó 222 casos de amenaza con quedar a mujeres con ataques de ácido o algunos otros químicos y 47 de estos fueron perpetrados, al parecer este año nos estamos acercando a griferas similares”, explicó.
También protestaron en contra del acoso sexual que se vive en las instituciones, el transporte público, el trabajo, el espacio público y las escuelas. Tan solo en 2022 la Fiscalía de Delitos Sexuales investigó nueve mil 197 casos.
Como las alumnas de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes asistieron para exigir que se castigue a los profesores y compañeros que han cometido acoso sexual y violaciones.
“Hemos levantado denuncias, y el pasado mes de febrero marchamo hacia rectoría pero los profesores son protegidos por la UNAM, debido a las plazas que tienen”, denunciaron.
Lo mismo por el machismo que se vive dentro de las escuelas, las instituciones, el gobierno y todos los ámbitos donde se desarrollen las mujeres.
“Queremos una nueva ciencia donde las mujeres seamos incluidas, donde no seamos un sujeto a parte, durante mucho tiempo la ciencia sólo se ha dedicado apoyar a los hombres”, manifestaron estudiantes de Ciencia en la UNAM.
A través de pancartas las exigencias fueron diversas, por el alto a la violencia contra niños y niñas, por el respeto a una maternidad libre y deseada, por terminar con el amor romántico, por el respeto a los cuerpos diversos y por todas las mujeres que ya no están.
Este año, además de las exigencias de justicia para las mujeres, detención de los feminicidas y violentadores, entre otras, destacó la solicitud de políticas públicas para que las mujeres tengan una menstruación digna.
Emilia Almanza, de la contingenta menstrual, señaló que la falta de educación sobre el tema provoca múltiples violencias que empiezan en la niñez y continúan hasta la postmenopausia.
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En las llamadas contingentas también hubo jóvenes acompañadas de sus madres con letreros que insinuaban el silencio con el que vivieron sus abuelas, víctimas de la violencia.