La Constitución de la Ciudad de México es innovadora, porqueestablece explícitamente el derecho a la muerte digna; hace unaaportación sustancial a la normatividad en la materia y alconstitucionalismo a nivel mundial, destacó ayer el académico delInstituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UniversidadNacional Autónoma de México, Diego Valadés Ríos.
El exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Naciónexplicó que todavía falta la aprobación final de esta CartaMagna y después, la Asamblea Legislativa (ALDF) tendrá queproducir la reglamentación de ese precepto que dé total seguridada la aplicación de la medida.
Asimismo, el también exprocurador general de la República y aquien le tocó conocer primeramente del homicidio del candidatopresidencial Luis Donaldo Colosio, afirmó que la muerte digna esun paso importante, crucial en la legislación mexicana y, engeneral, en América Latina.
Enseguida expuso que el concepto de muerte digna adoptado en laCiudad de México es el más amplio que hay hasta el momento en elorbe, pues señala la posibilidad de solicitar el suicidio asistidono sólo por enfermedad terminal, sino también por padecimientosque afecten la dignidad de las personas, como pueden ser elAlzheimer o la tetraplejia.
El pasado tres de enero la Asamblea Constituyente de la Ciudadde México aprobó que en la Constitución local se incluya elderecho a la muerte digna, con lo cual los capitalinos podránsuspender, si así lo deciden, tratamientos o procedimientosmédicos que prolonguen su vida cuando se encuentren en estadoterminal.
El documento también establece como derecho fundamental quetodas las personas puedan ejercer plenamente sus capacidades paravivir con dignidad; y quedó claro que la vida digna contieneimplícitamente el derecho a una muerte digna.
Valadés Ríos dijo que tiene que reglamentarse para evitardistorsiones y garantizar que el ejercicio del derecho a la muertedigna ocurra con total seguridad para la sociedad y las personasque lo ejercen.
Sin embargo, a ese respecto observó que hay que ver laslegislaciones que ya se tienen en Estados Unidos y Europa,resultado de protocolos rigurosos que implican una diversidad deopiniones y de órganos que supervisen que cada caso realmentecorresponda a la voluntad de quien solicita el apoyo, y que lascondiciones de salud justifiquen esa solicitud y decisión.
Comentó que en Estados Unidos hay leyes sobre la eutanasia enWashington, Oregón y California; también en los Países Bajos, enBélgica, Francia, Alemania y España, mientras que en GranBretaña se sigue discutiendo. En Italia hay una fuerte oposiciónpor parte de la Iglesia Católica.
Finalmente, en América Latina existen criteriosjurisprudenciales importantes que permiten la aplicación de laeutanasia en Colombia y Perú; en Uruguay se contemplan sancionesbajas para quienes apoyan a pacientes que desean el suicidioasistido, resaltó el investigador universitario.