Una tercera parte del presupuesto participativo del último trienio (2015-2017) en la Ciudad de México se gastó en obras por las que casi ningún capitalino votó.
Desde el 2010, los habitantes de la capital tienen la oportunidad de decidir cada año a qué proyectos desitnar el 3%del presupuesto de las delegaciones, a fin de mejorar las condiciones de su colonia o pueblo, lo que se conoce como presupuesto participativo, pero la votación en dichas consultas nunca han superado el 12% de la lista nominal.
Esto ha traído como resultado que por lo menos en los últimos 3 años se gastaran más de 933 millones de pesos en dos mil 83 proyectos que ganaron con menos de 50 votos.
El 4 de septiembre de 2016 los habitantes de la Ciudad de México decidieron en qué debía gastarse el 3% del presupuesto asignado a las delegaciones para este año, una bolsa nada despreciable de 927 millones de pesos.
En la colonia Altos Tepetlica (Xochimilco), por ejemplo, los vecinos podían elegir entre cuatro proyectos, pero uno arrasó con el 100% de las preferencias: el 100% consistió en un solo voto. La única persona que acudió a la consulta decidió apoyar un programa de control de plagas en el arbolado del suelo de conservación. Gracias a a eso, automáticamente medio millón de pesos quedaron etiquetados para poner en marcha la obra. La participación fue baja comparada con el año previo, cuando votaron tres personas.
En la sección Del Bosque, de la colonia Polanco, la elección terminó en empate. Las seis iniciativas presentadas tuvieron cero votos porque nadie, ni siquiera los que registraron los proyectos, participó en la consulta. Aun así, se asignaron 653 mil pesos a un programa de alumbrado, según se observa en el micrositio de proyectos ganadores del ahora Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM).
En la Unidad Habitacional Minas Polvorilla (Iztapalapa) también hubo más postulaciones que electores. Sin voto alguno, se destinaron 424 mil pesos a la única propuesta de hacer una pista de patinaje.
Estos tres ejemplos son una muestra de la manera en que se decide gastar el presupuesto participativo en las delegaciones de la Ciudad de México, según con un análisis hecho por este medio utilizando las bases de datos de las últimas tres consultas ciudadanas obtenidas vía la ley de transparencia.
Dada la baja participación ciudadana en las consultas, dos mil 83 proyectos correspondientes a los años 2015, 2016 y 2017 se aprobaron con menos de 50 votos cada uno.
En otras palabras, dos de cada cinco obras ganaron con el apoyo de no más de medio centenar de personas. En el extremo, a 276 propuestas se les asignó recursos con menos de 10 sufragios y a otras diez incluso sin haber sido votadas por los vecinos.
Hablando en dinero, estos poco más de dos mil proyectos se llevaron la tercera parte del presupuesto participativo asignado en el trienio analizado: algo más de 933 millones de un total de 2 mil 623 millones de pesos repartidos entre los tres años.
Desde el 2010, los capitalinos tienen la oportunidad de proponer y decidir cada año a qué obras destinar el 3% del presupuesto de las delegaciones con el fin de mejorar las condiciones de su colonia o pueblo originario. Los recursos asignados a cada delegación se establecen en el presupuesto de egresos y se reparten de manera igualitaria entre las colonias.
Los ciudadanos inscriben sus proyectos ante el IECM y, tras un filtro por parte de las autoridades delegacionales que determinan si son viables, se votan en una consulta de forma presencial o vía Internet.
Sin embargo, la participación ciudadana en estos ejercicios es mínima y en su mejor año no sobrepasó el 12% de la lista nominal.
CAMPEÓN SIN VOTOS: ES LEGAL
Olga González Martínez, consejera del IECM, confirma a este medio que una iniciativa puede llevarse a cabo con un solo voto.
“Lamentablemente la ley contempla que con que haya un solo voto, con eso es suficiente para que el proyecto gane”, reconoce la funcionaria del órgano electoral.
Sobre los casos en que la población ni siquiera acudió a las urnas, González explica que no es posible que alguna colonia, pueblo originario o unidad habitacional que participa en la consulta se quede sin presupuesto participativo.
En este caso, el Consejo Ciudadano Delegacional –integrado por los comités ciudadanos de las colonias– tiene que dirimir en sesión extraordinaria qué proyecto debe realizarse de entre los propuestos en la consulta ciudadana.
Incluso, si existiera una colonia o pueblo donde ni siquiera se hubieran presentado propuestas, entonces se debe realizar una asamblea para proponer de dos a 20 acciones de mejoramiento y decidir cuál es la que más se necesita.
Para Manuel Canto, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, el que una propuesta gane con un puñado de votos va en contra del espíritu del presupuesto participativo.
La idea, puntualiza el experto, es que la comunidad se reúna, discuta cuáles son sus problemas y decidan colectivamente las prioridades hacia las cuáles se deben dirigir los recursos públicos.
Pero lo que pasa en la CdMx, prosigue Canto, es que las pocas personas que acuden a votar lo hacen sin siquiera haber participado en la discusión de los proyectos. En este sentido, “las propuestas ganadoras no son producto de una reflexión ni mucho menos de un consenso”.
DUDAN DE DELEGADOS
La consejera electoral Olga González señala que solamente el 15% de los capitalinos conoce qué es el presupuesto participativo y la mitad de estos no confía en que las autoridades delegacionales implementen las propuestas ganadoras.
“Es una percepción producto de malas prácticas que se tenían hasta hace unos años”, opina la funcionaria. Sin embargo, añade que desde 2015 el órgano electoral ha implementado dos estrategias para garantizar que los delegados cumplan o al menos enfrenten un alto costo político por no hacerlo.
Una es dar vista a las contralorías de la CdMx y las delegaciones para que investiguen y castiguen a las autoridades que no efectúen las obras. La otra es la creación de un observatorio en el que la ciudadanía puede monitorear el avance de los proyectos e identificar a los delegados que no cumplan con las obras.
Manuel Canto advierte que el problema con las autoridades delegacionales no solo radica en su falta de cumplimiento, sino en su excesiva injerencia en la consulta desde la validación de las propuestas previo a su votación.
“En muchos casos validan lo que les conviene sin importar mucho cuál sea la voluntad ciudadana… Lo que hacen [las delegaciones] es recapturar los recursos del presupuesto participativo para las prioridades del gobierno de la delegación, no para las prioridades del gobierno de la gente”, considera el experto.
BAJA PARTICIPACIÓN
Cuando se decidió en qué gastar el presupuesto participativo del año 2016, apenas 607 vecinos de la colonia Centro de la ciudad se dieron cita en la consulta ciudadana.
En aquella ocasión ganaron obras de pavimentación y bacheo con menos de diez votos en cuatro de las ocho secciones del Centro (III, IV, VI y VII), destinando a cada una más de un millón de pesos. Lo mismo sucedió en las colonias Juárez y Roma Norte, todas en la delegación Cuauhtémoc.
Los datos al cierre de 2016 –que están públicos en el portal del IECM– muestran que ninguna iniciativa se terminó a tiempo. Según la información oficial, el proyecto con más avances (95%) fue el reencarpetado de la calle Nezahualcóyotl de la sección Centro IV.
Sin embargo, en un recorrido hecho por este medio para verificar los resultados de la obra se observó la presencia de baches a lo largo de toda la vialidad, por lo menos en el trayecto que va de 20 de Noviembre hasta el Eje Central Lázaro Cárdenas.
Miguel, un comerciante que lleva trabajando dos décadas en la colonia, asegura que las autoridades delegacionales sí arreglaron la vialidad hace un año pero lo hicieron a medias, dejando varios agujeros.
Él no sabe que la delegación arregló –o intentó arreglar– la calle donde se localiza su negocio con recursos del presupuesto participativo. Ni siquiera estaba enterado de que tal partida existía y que el próximo 3 de septiembre se llevará a cabo la nueva consulta de manera presencial para decidir en qué se gastarán los recursos de 2018.
–¿Usted sabe que habrá una consulta ciudadana para elegir el proyecto que más necesite su colonia?
–No sabía, hasta ahorita que me está diciendo. ¿Y quién va a venir?
–Usted tiene que acudir a votar
–¿Y dónde va a ser?
El año pasado, la participación ciudadana fue del 11.96% de la lista nominal, sin embargo, el proceso coincidió con la elección de los comités ciudadanos, lo que incrementó la votación. Un año antes, en 2015, la participación fue de apenas 3.83%.
Este año no se eligen comités ciudadanos, por lo que González Martínez espera que se alcance una votación de aproximadamente 9%, unos cinco puntos porcentuales más que en 2015.
La funcionaria reconoce que no será fácil ya que cuentan con pocos recursos para promover la consulta. Sin embargo, aun con las restricciones presupuestales, han buscado difundirla a través de los medios de comunicación y de sus 40 sedes distritales. Además, se realizará por primera vez una jornada infantil como un incentivo para que los niños lleven a sus padres a participar.
“Yo espero que con el trabajo que hemos hecho la ciudadanía vaya a votar”, indica González.