Ciudad de México.-Coloridos y bizarros son los fines desemana en las calles de la Ciudad de México, y en cualquier asomopor el que fijemos la mirada lo podemos constatar.
En el corredor peatonal Madero,princesas con un muñeco de nieve en pleno día soleado, estatuasde charros vivientes, la pepena y el reciclaje en un transporte“ecológico”, y estructuras comunicantes que conviven entre elpasado y el presente.
¿Quién recordaría que porahí desfiló en el Ejército Trigarante, don Benito Juárez,Madero y Villa?
Aquel Ejército de las tresestrellas con los colores actuales de nuestra bandera mexicana,mismo que con su entrada triunfal de los casi 17 mil soldados acaballo, se dirigían a la Plaza Mayor.
La tropa iba encabezada por Agustínde Iturbide, proclamado emperador del México independiente, quienjunto con Vicente Guerrero, fueran o los que dieran conclusión ala dominación española de tres siglos antes.
Hoy, la calle Francisco I. Madero,en alusión al que fuera uno de los presidentes de nuestro paísrevolucionario, situada en las arterias principales del CentroHistórico, alberga los más diversos negocios de ropa, joyerías,fast food, cervecerías, restaurantes, bancos, ópticas,sex shops, museos, iglesias y gran cantidad de peatones quefungen como puntos en desplazamientos rectilíneos hacia la planchadel Zócalo, o hacia la Alameda cruzando el Eje Central.
Este es un mero retratocitadino.