Arboristas y biólogos esperan la entrada en vigor de la nueva norma ambiental para la Ciudad de México (001-RNAT-2023) que tiene por objetivo actualizar los lineamientos para la poda, derribo y trasplante de árboles.
Esto a fin de evitar que sigan desapareciendo ejemplares en la ciudad debido a las malas prácticas de las alcaldías y el gobierno local.
Samuel Palacios, arborista certificado internacionalmente, detalló que esta modificación influirá en la norma aprobada hace casi 10 años: NADF-001-RNAT-2015, la cual establece los requisitos y especificaciones técnicas que deben cumplir personas físicas y morales, autoridades, sector público y privado en intervenciones de arbolado.
“La nueva norma va a llamarse Norma Ambiental para la Ciudad de México, en estos días estará saliendo a la consulta pública y después pasará a ser publicada en la Gaceta Oficial de la ciudad. Se trabajó con un grupo de especialistas privados y de gobierno, para determinar las formas apropiadas de podar y cambiar los árboles y no seguir perdiendo más ejemplares o colocar especies que no corresponden a la ciudad”, detalló.
En esta nueva norma también se detalla el perfil profesional que deben tener las brigadas de saneamiento de arbolado en las alcaldías, ya que sólo personas acreditadas y certificadas pueden realizar poda y retiro de árboles. Esto no ocurre actualmente y cuando los vecinos solicitan la poda, muchos ejemplares sufren cortes que los ponen en riesgo y terminan muriendo.
“Siempre hay una controversia entre las necesidades de los árboles y la necesidad de las personas. Existe negligencia en aceptar buenas prácticas por el desconocimiento. Y el primer problema que encontramos en la ciudad es que no hay árboles adecuados al tipo de suelo en todas las calles. Se necesita una especialización para saber qué especies se necesitan en la ciudad, y en calles principales y secundarias”, explicó Palacios.
Detalló que los habitantes de la ciudad deben saber los nombres exactos de las podas y retiros, con la finalidad de exigirlos a las autoridades, vigilar que se hagan conforme a las normas y así garantizar el bienestar y salud del arbolado, que ayuda al medio ambiente, la presencia de islas de calor, y la fauna nativa que lucha por perdurar en la capital.
“Quien tiene el poder de ejercer el derecho y exigir soluciones y bienestar es el público. Hay que incidir en las alcaldías en este momento que se están renovando. Evitar o informarse sobre los derribos que están solicitando o aprobando a favor de desarrolladoras inmobiliarias”, detalló el experto.
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De acuerdo con el experto, en la norma se especifica qué es una poda de limpieza de copas, la cual se debe solicitar a las alcaldías y que sólo debe consistir en quitar ramas secas, colgante o plagadas; la poda de reducción de copas, que se realiza porque vecinos tienen problemas con ramas y sólo se deben quitar las que se van acercando a la casa y dejar una vara de un tercio del grosor.
También, indicó, hay que vigilar los moches de empresas de luz eléctrica, telefonía, internet y televisión, quienes han provocado la pérdida de numerosos árboles debido a la tala indiscriminada.
