Los restos hallados en una fosa común, en el mes de abril coincidieron con los de Braulio Bacilio Caballero, un niño a quien reportaron como desaparecido en 2016, cuando tenía 13 años de edad, sin saber que había sido atropellado por un camión en donde perdió la vida.
La búsqueda de la familia fue incansable y, apenas este 27 de julio la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (FIPEDE) citó a la familia de Braulio Bacilio Caballero en sus oficinas para confirmarles que encontraron los restos del menor.
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En medio del dolor, los padres se encargaron resolver los trámites correspondientes, entre ellos, la emisión de un acta de defunción fidedigna, en la que se reemplazara el “persona desconocida de 20 años” por “Braulio Bacilio Caballero” y se rectificara tanto su edad de fallecimiento, como los nombres del padre y la madre.
La madre Fernanda Caballero y el padre Miguel Bacilio, la tarde de este 29 de agosto, recogieron el cuerpo en Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO), en compañía del abogado David Peña, quien informó que se demandará a las instancias correspondientes.
Tanto los paramédicos, como el personal del Hospital General Balbuena, registraron a Braulio como un adulto de 20 años, cuando apenas tenía 13 años. Al llegar su cuerpo al Servicio Médico Forense (SEMEFO), INCIFO, no se rectificó este evidente error y al cabo de unos días el cuerpo del menor fue llevado a la fosa común de mayores de edad.
Personal de la Fiscalía reconoció que se trataba de un grave error y se comprometieron a resolver el tema de los trámites interinstitucionales en un par de semanas, para que la familia pudiera tener al fin el cuerpo de su hijo.
Braulio Bacilio Caballero fue atropellado en el paradero del metro Pantitlán el 28 de septiembre de 2016, cuyo responsable intentó darse a la fuga y arrastró al menor casi 500 metros hasta ser detenido por las autoridades.
El menor aún se encontraba con vida al llegar la ambulancia y fue trasladado al Hospital General Balbuena en el que se le recibió con negligencia médica y donde falleció un par de horas más tarde.
Hace casi seis años Fernanda vio con vida a su hijo por última vez, cuando regresaba de la secundaria al puesto de tortas que ella atendía cerca del metro Pantitlán, de un momento a otro ya no lo vio y no supo más de él, por lo que inició la búsqueda que hoy finalizó con la entrega de sus restos, que serán sepultados en un cementerio de Nezahualcóyotl.
Nota publicada originalmente en La Prensa