Un silencio opresivo rodea los edificios colapsados hace tres meses por el sismo.
Mientras en otras escuelas los alumnos se fueron de vacaciones y se alistan a fin de celebrar las fiestas navideñas y de fin de año para regresar a clases, en el Colegio Rébsamen ya no habrá reinicio de labores.
Desde el 29 de septiembre, la Secretaría de Educación Pública notificó a Mónica García Villegas, propietaria de la escuela, que ya no podría seguir con las actividades docentes.
Ubicado en Rancho Tamboreo número 19 y Calzada de las Brujas, colonia Nueva Oriental Coapa, delegación Tlalpan, ahora el predio es vigilado por dos patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México y ocho policías, quienes ayer todavía sacaban cubetas que se usaron durante el rescate de los menores sepultados.
Sobre la avenida Prolongación División del Norte los padres de familia de ese colegio colocaron una manta enorme con el siguiente agradecimiento: "Nuestra infinita gratitud a ustedes profesores, exalumnos, vecinos de esta zona, civiles, voluntarios, médicos, paramédicos, psicólogos, rescatistas y donadores. A nuestras Fuerzas Armadas".
A todos aquellos que no dudaron en ayudarnos a rescatar a nuestros hijos en este lamentable suceso. Y en especial a ti que nos ofreciste una oración ¡Muchas Gracias!
Los vecinos aún pasan frente al edificio colapsado y recuerdan que a los niños se les cayó encima, cuando regresaron a sus salones para sacar sus mochilas.
Lamentablemente, el memorial que se colocó para recordar a las víctimas en un monumento a la familia, en Calzada Acoxpa, ahora luce desolado, con uno que otro muñeco de peluche.
Medio escondido en las paredes de madera que resguardan el lugar también hay un rosario colgado sobre dos papeles, uno de ellos con la imagen de angelitos y el otro tiene la oración de los niños (SIC)
"Estamos muy contentos contigo gracias por proteger a nuestras familias y por todos los regalos que has dado. Quiero que todos los niños te conozcan y te amen. ¡Gracias señor porque tu eres muy bueno te lo pedimos por Dios nuestro señor."
Finalmente, hay una notificación del Sistema de Aguas de la Ciudad de México en el que le avisa a Enrique García Gámez de un adeudo de cinco mil 191 pesos.
El Multifamiliar Tlalpan
Tres meses después del terremoto del 19 de septiembre, los habitantes de la Unidad Habitacional de Tlalpan siguen en la incertidumbre y es que el viernes pasado se quedaron a la espera de los dictámenes sobre la situación estructural de los inmuebles.
Además, las temperaturas gélidas que han prevalecido en los últimos días empezaron a provocar enfermedades respiratorias entre quienes viven en los campamentos instalados en la zona, por lo que llamaron urgentemente a la Iniciativa Privada y organizaciones civiles a dotarlos de un servicio médico, el cual no ha sido proporcionado por los gobiernos capitalino y el delegacional.
Ángel Fuentes, vocero de los vecinos, dijo que hay la intención de demoler lo que queda del edificio que se colapsó, el 1-C, pero sin un dictamen de por medio y mucho menos una orden y así se da un paso para que quede en el olvido el inmueble.
Junto con otros damnificados, dio a conocer la presencia de empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que recorren la unidad con la intención de restablecer el servicio eléctrico en los edificios que se mantienen en pie, como un primer paso para que los vecinos regresen a los inmuebles.
Sin embargo, ellos se oponen determinantemente a esa situación, porque los trabajos de reparación de los inmuebles dañados son, afirmaron, “simples parches” y en lugar de colocar varillas de tres octavos para reforzarlos, ponen solamente arneses de alambrón y no se han rehabilitado los muros de carga.
Ante esa situación, advirtieron, no regresarán a sus viviendas, pues son inseguras y vulnerables.
Frente al campamento de damnificados del edificio 3-B, uno de los más dañados, dijo que la falta de atención para entregar los dictámenes muestra poca responsabilidad del Gobierno de la Ciudad de México.
Finalmente, a través de las ventanas de ese dicho inmueble se puede apreciar polines que lo apuntalan, por lo que sus exmoradores no pueden entrar ni a sacar sus cosas, por instrucciones de Protección Civil.
Edificio Álvaro Obregón 286
Han pasado tres meses desde que sucedió el movimiento telúrico que golpeó cada rincón y corazón de la población de la Ciudad de México, aunque nunca se olvidará este aterrador día, para algunos ciudadanos el sismo se mantiene.
Durante un recorrido que realizó El Sol de México por algunos puntos que quedaron marcados el 19 de septiembre se logró constatar el poco trabajo que ha realizado el gobierno de la capital del país, para regresar a las familias a sus hogares, y mejorar la actividad económica de los comerciantes que están cercanos a edificios dañados.
En el edificio Álvaro Obregón 286 donde perdieron la vida más de 30 personas entre hombres y mujeres, en el mismo lugar se lograron recuperar con vida a 28 personas, ya fue demolido pero los escombros no se han retirado.
A un costado de este edificio hoy otros dos dañados, uno de ellos tiene defectos notorios y ni si quiera lo han demolido.
Esta situación tiene en crisis económica a la tienda que vende productos para animales, se ubica en la calle Huichapan, un 30% se les ha bajó la venta.
Miguel Ángel Eslava Calderón, vendedor de esta tienda, comentó que les perjudica que los trabajos de reparación vayan lentos.
“Nos perjudica porque está cerrada la vialidad y los clientes creen que no estamos trabajando y además piensan que también este negocio quedó dañado, no se acercan por creer que no es un lugar seguro por eso siguen bajan las ventas”, expresó.
Pidió a la autoridad agilizar la apertura de la vialidad.
Toda esta zona esta acordonada, a un costado de los barandales que evitan que circulen los autos cercanos a estos edificios colapsados, hay alrededor de 50 veladoras, ahí estaba Gabriel García tratando de volver a encenderlas pero el viento soplaba y las volvía a apagar.
El vecino dijo que había sido una catástrofe difícil de olvidar pero siguen aprendiendo que la vida se va en segundos.
Esta misma situación la vive la familia de Juan Antonio Zempoltecalt en su tienda de abarrotes Miscelánea Bety, en la delegación Benito Juárez.
Están esperando que abran la circulación en Enrique Rebsamen y La Morena, pues las ventas han caído del 100% hasta el 30%.
Zempoltecalt indicó que han acudido a la delegación, y siempre les dicen: “La semana que sigue ya se abrirán las calles, y no pasa nada, mínimo que nos abran una, nos están dando en la torre, ya es criminal lo que nos están haciendo”.
Sólo en esta zona hay siete edificios en mal estado, dos ya fueron demolidos, y también fueron retirados los escombros, hay dos policías reguardando la zona para evitar rapiñas, comentó uno de los oficiales.
Edificio en Bolívar con Chimalpopoca
Del otro lado de la ciudad, el edificio marcado con el número 168 en la calle Bolívar con esquina Chimalpopoca, aún se puede percibir la gran catástrofe que sucedió aquel martes a las 13:14 horas donde quedaron alrededor de 29 personas muertas entre los escombros.
Aquí ya fueron retirados los escombros, ahora está resguardado con aluminio y unos cordones amarillos con la insignia “peligro”.
En el piso de este lugar hay cientos de veladoras, todavía quedan algunas telas que forman como una máquina, hay coronas florales que de ser colores rojas y blancas, ahora brillan por estar marchitas.
En la pared de la primaria, misma que todavía no funciona, está a un costado de lo que era ésta fabrica se lee: “La vida de una costurera vale más que todas sus máquinas, justicia”.
Mañana un grupo de damnificados acudirá a la Asamblea Legislativa para pedirle a los diputados locales más presupuesto para la reconstrucción.
