Los administradores de condominios han sido víctimas colaterales de la pandemia. Después de más de cuatro meses de confinamiento, los inquilinos empiezan a caer en la desesperación y los gestores condominales pagan la factura. “Estamos en la histeria total”, confiesa Mara Cavazos, de la Red de Profesionales en Administración de Condominios A.C. (REPAC).
Y es que durante el confinamiento, cuenta, han tenido que lidiar con los vecinos que hacen reparaciones en sus departamentos mientras otros están en trabajo remoto, personas cuyo problema de alcoholismo se ha agravado con el encierro, adultos mayores con enfermedades seniles, niños y mascotas en casa que abonan al clima caótico en los edificios.
“Estamos en la histeria total. (Los inquilinos) están ahí todos metidos las 24 horas, las esposas que ya no soportan a sus maridos, los niños que están gritando, la gente está más histérica de lo normal. Es complicado vivir en espacios que a veces tienen paredes como de papel, haces un ruido y se escuche tres pisos arriba”, comenta Mara.
Uno de los principales problemas que enfrentaron los administradores fue el enojo que causó en los inquilinos el cierre de las amenidades en aquellos condominios donde las hay. “No sabes el problema que nos trajo, ciérrales la sala de cine en plena cuarentena, nos querían linchar, cierra el centro de negocios, el gimnasio, la alberca”.
“Nos criticaban que ni a la alberca podían ir, les dijimos que no, porque la gente de limpieza está más enfocada en áreas comunes, elevadores, pasamanos, perillas, que en meterse a unas amenidades a sanitizar a cada rato”, comentó.
Encima de esto, añade, la Procuraduría Social (Prosoc) –dependencia del gobierno de la ciudad encargada de regular la vida condominal- no está operando, por lo cual como administradores se sienten en el limbo jurídico, pues esto impide que pueda haber sanciones para los condóminos que incurran en infracciones. “Los reglamentos ya no operan”, dice.
“Estamos en un limbo y a nadie le importa. La Prosoc ya dijo que no va a regresar en agosto, sino hasta octubre y estamos todos en la ilegalidad, porque a muchos administradores ya se les venció el registro” y no pueden reponer el trámite ya que los plazos están suspendidos por la pandemia.
No obstante, Mara Cavazos comenta que los administradores deben enfrentar la situación con calma. “Negociación, empatía, buen humor, son las claves”, dijo.
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