Casi un millón de pobladores de las alcaldías capitalinas de Tláhuac e Iztapalapa, así como el municipio Valle de Chalco, del Estado de México, recibirán agua con el proyecto de habilitación del Lago Tláhuac-Xico, cuya inversión inicial es de tres mil 500 millones de pesos, adelantó ayer Pedro Moctezuma, integrante de la Coordinadora Nacional Agua para Todos.
En entrevista con El Sol de México, el también catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) pronosticó que, de concretarse esa iniciativa a largo plazo, los beneficiados serán tres millones personas que carecen del líquido.
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El proyecto fue llamado Habilitación del Lago Tláhuac-Xico, es parte del Plan Hídrico de la Subcuenca Amecameca-La Compañía, y propone el saneamiento y la potabilización de ese cuerpo de agua colindante entre la Ciudad de México y el Estado de México, así como seguir con la restauración ambiental mediante el establecimiento de sistemas de riego y la activación económica sustentable de la zona.
El doctor en Planeación aseveró que la iniciativa, cuyo costo de la primera etapa es de tres mil 500 millones de pesos, ya fue aprobada por el Consejo de Cuenca del Valle de México en el que participan los gobiernos de la Ciudad de México y el del Estado de México, la Comisión Nacional del Agua, las secretarías del Medio Ambiente local y mexiquense, las comisiones Nacional Forestal y la de Recursos Naturales, además de universidades.
Agregó que el Estudio de Factibilidad también ya está autorizado, mientras que el Proyecto Ejecutivo avanza y recordó que la propuesta fue anunciada ya por autoridades mexiquenses y capitalinas.
Este lago, explicó, se formó por una pendiente natural y hundimientos generados por pozos en Mixquic y Santa Catarina, su superficie es de 500 hectáreas y colinda con zonas que padecen un problema hídrico grave como Mixquic, que está agonizante, y la Sierra de Santa Catarina, donde hay 68 colonias que son abastecidas de agua por tandeo.
Comparó a ese cuerpo como una enorme cisterna de agua de lluvia; el proyecto prevé evitar que se contamine con aguas residuales, y para ello tiene programado una batería de plantas de tratamiento.
La primera fase está programada que concluya el 31 de diciembre del próximo año, pero este proyecto, comentó, da para otros cinco años, a fin de que en una tercera etapa lleve agua a tres millones de personas. “Es un proyecto muy benévolo que estamos defendiendo y va a ayudar a toda la ciudad para que no nos pase lo que en Monterrey”, subrayó el entrevistado.
En este sentido, expuso que el chiste es empezar y evitar que el lago sea secado, sus cercanías empiecen a ser fraccionadas, llegue el narcomenudeo y haya inundaciones. “Estamos a tiempo de cambiar”.
Informó que en la microcuenca Mixquic-Santa Catarina hay un promedio anual de lluvia mayor a los mil milímetros y algunas áreas del lago llegan a tener una profundidad de cinco metros, por lo que en lugar de provocar inundaciones lo mejor es aprovecharla.
Sin embargo, reconoció que la burocracia puede atravesarse en este proyecto y también hay funcionarios a quienes no les gustan las soluciones buenas, bonitas y baratas para enfrentar estos problemas.
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Rechazó seguir con la extracción de agua de muy lejos, despojarla de ella a comunidades y agricultores para luego arrojarla sin tratamiento a El Golfo de México.
“Bombeando el agua a 29 kilómetros a contra pendiente a costos de tres mil 500 millones de pesos anuales, que hay que pagar a la CFE, como es el caso del Cutzamala para bombear el agua a la Ciudad de México, son cosas caducas”.