Sin hacer mucho ruido, casi en silencio, un grupo de ingenieros, arquitectos, empresarios e historiadores –encabezados por José Luis Luege Tamargo- cocinan un megaproyecto para el rescate integral del entorno de la Basílica de Guadalupe, con un enfoque turístico y económico.
Al estilo del Camino de Santiago, en España, la idea se gesta bajo el nombre de Camino de Juan Diego y podría ver la luz en diciembre. Su desarrollo se piensa en un horizonte de 12 años, para que coincida con los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe, en diciembre de 2031.
Es un proyecto, explica el ingeniero Luege, ex titular de la Comisión Nacional del Agua, que no tiene estrictamente un carácter religioso, sino de detonante económico para la zona norte.
Contrario a los grandes centros religiosos del mundo, en la Basílica de Guadalupe, que recibe 20 millones de visitantes al año, no existe un “enfoque turístico religioso que deje una derrama económica favorable para la comunidad y la propia Ciudad de México”, dice Luege.
Es por ello que presentaron la idea del Camino de Juan Diego a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y al secretario de Turismo, Carlos Mackinlay, quienes dieron su visto bueno. La intención es que este proyecto se desarrolle con inversión pública y privada.
Este rescate iría más allá de un cambio de imagen y espacio público: implicaría la llegada de hoteles de gama alta y media, hostales, casas del peregrino, restaurantes y una serie de puentes que conecten La Villa con el Parque Nacional del Tepeyac y la Sierra de Guadalupe.
Se piensa no sólo en turismo religioso, sino también en senderismo ecológico. Para ello, explicó Luege, se habilitarían puentes peatonales para que desde La Villa se pudiera llegar caminando al Parque Nacional del Tepeyac y la Sierra de Guadalupe, por lo que en el proyecto también tendrían mano el gobierno federal y del Estado de México.
A través de este proyecto se buscaría el realce del patrimonio histórico y cultural de la zona como el Acueducto de Guadalupe, se terminaría de edificar el templo de San Juan Diego –olvidado por años- y se homologaría la imagen urbana de Reforma centro con Calzada de Guadalupe.
Todo esto con la idea, subrayó, de que los turistas tengan opciones para pernoctar dos o tres noches y así se genere una derrama económica para la comunidad.