Cristi, como le decían sus cercanos, no acostumbraba a faltar al trabajo o a las reuniones vecinales de la colonia Hipódromo y sin embargo lo hizo. Gustavo se encontraba celebrando su cumpleaños con los compañeros de la oficina cuando se enteró por qué no la vio el sábado 29 de junio en un taller vecinal, esos que ella nunca se perdía: dos días antes una persona entró al departamento seis de Cholula 140 e impunemente apagó la vida de Cristina Vázquez Chavarría.

No hay persona que no la recuerda con afecto, que lo primero que rememore sea su sonrisa, su buen trato y su determinación a la hora de defender los temas que le importaban a la colonia. Lo mismo se opuso a la construcción irregular de un edificio ubicado a un costado de su vivienda, en Baja California 370, que luchó por la rehabilitación del Parque Cholula, su parque. Era una integrante activa y participativa del Comité Ciudadano Hipódromo II.

Activa, como era, había participado en denuncias públicas sobre corrupción inmobiliaria e inseguridad en la colonia Hipódromo. De hecho alertó que la obra trunca de Baja California 370 era usada como guarida de presuntos delincuentes, los cuales ya habían saltado a la azotea del edificio donde vivía, hecho que denunció a la policía y que se ignoró. Fue por el olor fétido que salía de su departamento como se supo que había sido asesinada.

Gustavo abre espacio en sus recuerdos y encuentra varios sobre Cristi. Recuerdos sencillos, pero que la retratan: caminando a toda prisa hacia la estación Escandón del Metrobús para dirigirse a su trabajo –nunca faltaba ni llegaba tarde-, platicando con los despachadores de la gasolinería la estación de Nuevo León esquina con Baja California o agradeciendo cualquier información que se compartía en el grupo vecinal de WhatsApp, así fuera el estado del clima.

Rafael, compañero y vecino de Cristi, extrae de su memoria el recuerdo de ella bailando alguna canción de Los Ángeles Azules en la reunión de fin de año que hicieron su casa. Disfrutaba la vida, pero también defendía sus espacios. “Este parque fue parte de la lucha, era una zona muy peligrosa, había incluso narcomenudeo” pero con la lucha vecinal de la que Cristi fue integrante activa se rehabilitó este espacio público.

Ivón, compañera de trabajo de Cristi, no tiene más que palabras de afecto para ella, su amiga de 15 años. Con la cara de quien pierde a alguien importante, a alguien que dejará un hueco no sólo en el trabajo, sino en su vida, recuerda que el fin de semana pasado varios compañeros de la oficina habían quedado para salir a comer, por supuesto ella estaba invitada, pero la inseguridad que arrastra la Ciudad de México ya había tocado a su puerta y para entonces nadie lo sabía.

Dolidos y enojados todos por la manera en la que acabó la vida de Cristina Vázquez Chavarría, por la decisión impune de un feminicida, sus compañeros, amigos y familiares tiene una sola petición: encontrar y castigar al responsable del crimen. Esa exigencia de justicia será la manera de honrar su memoria.

Con un esfuerzo por contener las lágrimas, Gustavo dice: recuerdo sus risas, sus bromas, su buen humor, su constancia, su perseverancia, sus ganas de sacar adelante a su comunidad. Hace una pausa, se recompone y sigue: a pesar de la tristeza, la impotencia y el coraje por lo que le sucedió a Cristi, le debo decir: gracias por haberme regalado un poco de ti, por haberme permitido compartir contigo una parte del camino que logramos caminar juntos. Muchas gracias por tu amistad, te vas a quedar por siempre en nuestro recuerdo y nuestros corazones.