Una vez que este jueves entraron en vigor las nuevas disposiciones de movilidad con el cierre de estaciones de menor uso del Metro, Metrobús y tren ligero para hacer más rápidos los traslados y evitar contagios de Covid-19, este diario se dio a la tarea de hacer un recorrido del norte al centro de la Ciudad, lo que dio como resultado un ahorro de dos minutos de viaje con la ayuda de diversos medios de transporte.
La población que sale de casa ya es menor, la mayoría porta el cubrebocas en el transporte público. Según las autoridades de la ciudad, se espera que sólo anden en las calles quienes trabajan en hospitales, farmacias, tiendas, mercados y supermercados, así como quienes deban adquirir alimentos o medicinas.
Sin embargo, la realidad es otra, aún hay quienes viven del comercio informal, de su trabajo diario en las calles y se niegan a quedarse en casa, le temen más al hambre que a la misma enfermedad que desconocen.
El recorrido inicia a las 11:00 horas en el Eje 3 Oriente, a la altura del Circuito Interior. Desde ahí se podría ir en el Metro, pero la estación más cercana, Eduardo Molina, fue cerrada, al igual que otras 4 estaciones más, lo que la hace inaccesible para esa zona. La alternativa es usar la Línea 5 del Metrobús en la estación Río Consulado, de ahí a San Lázaro son cinco estaciones; Archivo General está cerrada por lo que el traslado es más rápido, por lo general se hacen 10 minutos sin tráfico, en esta ocasión se hicieron ocho; es decir, dos menos de lo habitual.
Al bajar, son 30 los pasajeros que dejan ese transporte. Una vez en la estación San Lázaro, de la Línea 1 del Metro con dirección a Pino Suárez cerca de 64 personas abordaron el convoy. Al transbordar hacia la línea 2, con dirección hacia el Zócalo, son cerca de 48 personas las que suben el tren para llegar a sus destinos. De pronto salta la pregunta, ¿si estamos en contingencia, hacia dónde va toda esa gente?
Una vez en el Zócalo la visita obligada fue ir a la calle de 5 de Febrero y ver qué tan llenas estaban las farmacias de esas zona. Al pasar por la sede del gobierno de la Ciudad de México cerca de 15 personas están afuera de las oficinas de Claudia Sheinbaum con el propósito de demandar apoyos para indígenas.
Al pasar por las farmacias Similares, San Pablo, De Dios, se ven más vendedores que clientes. En la zona pasean ambulantes que ofrecen caretas y alcohol, no hay compradores. Las calles absolutamente solitarias.
De camino hacia la estación Allende del Metro, en la calle de Tacuba, sorprendió ver más de 30 jóvenes intentando llevar clientes que quieran adquirir lentes. Sin detenernos un joven nos sigue hasta que termina su letanía:
“¿Quiere lentes, armazón, tengo ésta que es flexible, mire, la doblo y no se rompe, si quiere la llevo ahí donde dice que compran oro y ahí mismo le hacen la prueba de la vista?, ésta tiene un costo de sólo 180 pesos”. A sólo cinco metros hay una cortina que está a medio abrir, es un del Metro, en la calle de Tacuba, sorprendió ver más de 30 jóvenes intentando llevar clientes que quieran adquirir lentes. Sin detenernos un joven nos sigue hasta que termina su letanía:
“¿Quiere lentes, armazón, tengo ésta que es flexible, mire, la doblo y no se rompe, si quiere la llevo ahí donde dice que compran oro y ahí mismo le hacen la prueba de la vista?, ésta tiene un costo de sólo 180 pesos”. A sólo cinco metros hay una cortina que está a medio abrir, es un A tres días de declarada la Fase tres de la contingencia sanitaria, quizá para muchos el enemigo a vencer es la necesidad de llevar un plato de comer a la casa hasta que el Covid-19 diga lo contrario.
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