Cielos contaminados de algunas zonas de la Ciudad de México son coloreados por el sobrevuelo de al menos tres tucanes, los cuales han sido avistados por capitalinos en las colonias Narvarte, Polanco y Mixcoac.
La presencia de estas aves de hermoso y colorido plumaje y pico en forma de canoa ha sorprendido a los habitantes de esta metrópoli, quienes los han captado con sus teléfonos celulares, pero algunos han preferido no dar a conocer su ubicación exacta, ante el temor de que traficantes de animales silvestres los cacen, ya que son muy cotizados y por eso están en riesgo de extinción.
Hace más de dos años, en marzo de 2018, personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) rescató a un tucán real en los jardines del edificio que fue de la Policía de Caminos, ubicado en Calzada de Las Bombas, colonia Girasoles, alcaldía Coyoacán, y que posiblemente se había escapado de un domicilio cercano a esa zona, donde estaba enjaulado.
Ahora, veterinarios de esa institución están dedicados a la búsqueda y salvamento de otra ave de ese tipo, a quien las personas han llamado Mariano y que habita entre los árboles de la colonia Narvarte, alcaldía Benito Juárez.
Yoshiko Miroslava Mercado Casillas, estudiante de Biología de la Universidad Simón Bolívar, es una de las capitalinas que también le sigue la pista a esos animales exóticos, que andan sueltos en la ciudad, uno de ellos, identificado como Max, ya fue rescatado de la huerta de una casa ubicada en la zona conurbada de la Ciudad de México.
Sin embargo, expresó que por lo menos hay otros dos sueltos por ahí, uno de ellos en Polanco y otro en la zona de Mixcoac, aunque reconoció que quizá habitantes de esas áreas han avistado a la misma ave.
En entrevista, señaló los riesgos que enfrentan esos animales en una gran ciudad, por ejemplo, enfrentan a perros y gatos, animales que son especialistas en la caza de pájaros; como segundo peligro, está el clima capitalino, que es muy diferente al de su hábitat, las selvas; uno más es el alimento que consiguen y el que les dan las personas, por lo que, advirtió, no alimentarlos con uvas porque les hace mucho daño; y por último está el viento, que puede derribar los árboles en los que han encontrado refugio.
Mercado Casillas afirmó que a Max, luego de que fue rescatado por personal de la Profepa, se le puso en cuarentena y al ser revisado se descubrió que quizá fue obtenido ilegalmente, pues no tenía forma de registro, y que al parecer estuvo encerrado, lo cual afectó su movilidad.
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