Hoy es el día clave en el que las autoridades en la Ciudad de México deben asegurarse de que transitar al semáforo naranja es la decisión adecuada tras una tendencia de caída -aunque apenas notoria- de los hospitalizados por Covid-19.
La capital del país podría transitar del semáforo rojo hacia el naranja pues ha sostenido en las últimas cuatro semanas una disminución de hospitalizados por esta enfermedad, aunque de forma lenta y con muy pocos casos, pero abre la posibilidad a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo para tomar la decisión.
Según los datos reportados por la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) en el portal creado sólo para anunciar el semáforo epidemiológico, al corte de ayer se reportó 59 por ciento de hospitalizaciones. La administración capitalina se planteó que para cambiar de color rojo a naranja es necesario tener una ocupación menor a 65 por ciento y dos semanas de tendencia a la baja.
El semáforo epidemiológico a cargo de la ADIP muestra que del 1 al 7 de junio la ocupación hospitalaria pasó de 68 por ciento a 66 por ciento, con 4 mil 316 hospitalizados (intubados y no intubados), aunque del 8 al 13 de junio volvió a subir a 68 por ciento. Sin embargo, para el 14 de junio la ocupación bajó a 67 por ciento, es decir que sólo alcanzó una disminución de apenas 1 por ciento en comparación de la semana pasada y la última de mayo.
El 12 de junio, una ventana se abrió. La mandataria capitalina definió las fechas para el regreso de las actividades permitidas como horarios escalonados de trabajo de lunes a jueves, la reactivación del comercio de barrio y la reanudación de actividades de los hoteles y restaurantes en un 30 a 40 por ciento de su capacidad. También incluyó los servicios religiosos al 30 por ciento de aforo, cines y teatros en un 50 por ciento de asistentes, evento deportivos sin público y la reactivación del Centro Histórico.
Incluso anunció un incremento de camas -562 en total quedaron en Citibanamex-, pues hasta ese día había disponibles mil 223 camas generales y 867 camas de terapia intensiva con ventilador.
Aunque la semana con una disminución más notoria fue del 15 al 21 de junio al reportar 4 por ciento menos de pacientes hospitalizados, es decir sólo atendieron a 4 mil 60 personas con oxígeno y sin oxígeno, Sheinbaum mantuvo el semáforo rojo, pero con la mira aún situada hacia el color naranja.
Esta semana del 22 de junio al corte de ayer, la baja en la hospitalización fue mayor. Pasó de tener cuatro mil 77 camas ocupadas a sólo tres mil 885, lo que significa que si hoy se anuncia que la Ciudad de México ya está en condiciones de cambiar al naranja, todas las actividades mencionadas reingresarán a partir de las fechas que les impongan y con esto aperturar de a poco la actividad económica.
El miércoles, cuando presentó el plan de reactivación para la ciudad acompañada del Presidente, Sheinbaum expuso: "En el caso de la Ciudad de México tenemos ya prácticamente 10 días de una reducción en la hospitalización, tanto en camas generales como en terapia intensiva".
La última estimación de la jefa de Gobierno incluía al 29 de junio como la fecha en la que la ciudad podría pasar al semáforo naranja y todo indica que así será por los cambios que presenta el modelo epidemiológico.