Como una serpiente que muerde la cola, el Centro Histórico de la Ciudad de México encuentra en sus fortalezas la causa de una de sus debilidades: la baja cantidad de habitantes que tiene.
Este espacio neurálgico para la capital es tan portentoso como inaccesible. Es a la vez que destino turístico, comercial, cultural, gastronómico y nocturno, un expulsor de habitantes que huyen en busca de calma.
En este cuadrante de 10 kilómetros cuadrados abundan comercios, restaurantes, museos, bares, antros, plazas, edificios patrimoniales. Es a la vez un museo y un botín para grupos de poder como comerciantes ambulantes o grupos delictivos.
De hecho, en visión de sus propios habitantes, la inseguridad, la contaminación acústica y visual, las vialidades precarias y congestionadas, así como la invasión de predios son parte de los problemas que rezagan al Centro Histórico.
De acuerdo con la Autoridad del Centro Histórico, tras la salida de la UNAM en 1950 el primero cuadro de la Ciudad vivió una transformación hacia el comercio, principalmente y con ello se entró en una fase de despoblamiento.
Si en los años 50 en el Centro Histórico vivían 400 mil personas, hoy en día son 200 mil habitantes, de los cuales solamente 38 mil radican en el Perímetro A, que incluye zonas como el Zócalo y calles aledañas.
Un dato da muestra de que en el Centro Histórico el comercio y los servicios mandan es que de los nueve mil 362 lotes que hay en las 769 manzanas, seis mil 525 lotes tienen uso de suelo mixto, de servicios, y comercial.
Es decir, ocho de cada 10 lotes combinan comercio con vivienda, o bien son bodegas, oficinas, estacionamientos públicos, tiendas de ropa, telas y comercio de productos electrónicos, restaurantes, bares, entre otros.
Estos giros se ubican principalmente en las zonas de Madero, sur de la Alameda Central, Chimalpopoca-Doctores, Eje 1 Oriente Vidal Alcocer, Eje Central, Arcos de Belén, José María Izazaga, entre otras.
La vivienda ocupa sólo mil 798 lotes, que corresponden al 19.21% del total. Conforme a su distribución territorial, la mayor parte están en el noroccidente y oriente del Perímetro B y no así dentro de la zona de monumentos históricos.
Es así que en el Centro se perdió la vida de barrio ante la intensa actividad comercial y nocturna. Un ejemplo es el corredor de Regina, donde recientemente el gobierno cerró una veintena de espacios irregulares donde vendías cerveza.
“Con la cantidad de actividad nocturna que llegó a tener el corredor cultural de Regina se nos olvidó que tiene vecinos. En un espacio de tiempo muy corto, que no fueron más de tres años, Regina cambió sus giros, entonces ahí donde había una pollería o una tienda se hizo una chelería”, criticó la coordinadora de la Autoridad del Centro Histórico, Dunia Ludlow.
El eterno pendiente de repoblar
Un vistazo a las calles del Centro Histórico permite notar que es más fácil encontrar un nuevo restaurante, bar, tienda o estacionamiento que un nuevo desarrollo de vivienda en renta o venta.
Por ello, para retomar el eterno pendiente de repoblar el centro neurálgico, financiero, comercial, turístico y cultural de la capital, la Autoridad del Centro Histórico realizará un foro del que se desprenderán propuestas y proyectos.
El foro Vivir en el Centro será los días 3 y 4 de abril y en él expertos del gobierno, de la iniciativa privada y de la sociedad civil discutirán en cinco mesas temáticas las propuestas que fortalezcan la vivienda dentro del primer cuadro.
El evento tendrá lugar en el Palacio de la Autonomía, en Licenciado Primo de Verdad 2, colonia Centro, de 8:45 a 18:00 horas el primer día y de 9:00 a 14:00 horas en la segunda jornada.
Si bienLudlow Deloya señaló que las políticas públicas a implementarse para repoblarel Centro Histórico derivarán del foro, comentó que hay 12 desarrollos delInstituto de la Vivienda en construcción para espacios de interés social, perotambién se buscará crear vivienda en renta, principalmente.