El año 2020, en el que la Ciudad de México implementó su nuevo plan para reducir la contaminación ambiental, ha sido el más bajo en cuanto a sanciones para los vehículos contaminantes se trata.
En 2020, la administración a cargo de Claudia Sheinbaum Pardo presentó su plan para reducir hasta en 30 por ciento, durante los próximos cinco años, las emisiones contaminantes, y fortaleció el Programa de Vehículos Contaminantes con base en la norma oficial mexicana nom-167-semarnat-2017.
Las medidas que comenzaron a implementarse incluyen el control de emisiones y uso de combustibles limpios en el sector industrial, la detección de vehículos ostensiblemente contaminantes y la actualización de las normas que establecen los límites de emisiones vehiculares.
Sin embargo, ese año -en el que el Covid-19 detuvo algunos trabajos en la administración capitalina- también fue el que menos sanciones se aplicaron por no cumplir con las normas ambientales. De marzo hasta julio de ese año, los verificentros y operativos de vigilancia ambiental pararon labores debido a la llegada de la pandemia a la Ciudad de México.
El III Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum da cuenta del historial de las sanciones impuestas: en 2018 fueron 178 mil 67, en 2019 se impusieron 181 mil 960 y para 2020 esta cantidad bajó hasta 51 mil 988.
“A partir de 2020 incorporamos equipos para medir, vía remota, las emisiones excesivas de monóxido de carbono, hidrocarburos, partículas u óxidos de nitrógeno que, sin estas tecnologías, sólo podían detectarse a partir de la observación del humo negro o azul”, se lee en el documento.
El informe abarca desde agosto de 2020 hasta julio de este año. En este periodo se sancionaron mil 115 vehículos que generaban emisiones contaminantes excesivas, 11 mil 708 que circulaban sin verificación vehicular y 16 mil 904 que transitaban en un día restringido, dando un total de 29 mil 727 vehículos castigados.
Además, otro proyecto para bajar las emisiones pronto estará listo, aunque el Gobierno local no ha ofrecido una fecha exacta.
“Participamos -en colaboración con el sector manufacturero, la academia y autoridades ambientales- en la elaboración de dos normas oficiales mexicanas que regularán el contenido de compuestos orgánicos volátiles”, agrega el informe.