La ciudad de Barcelona, España, que logró regular el servicio de hospedaje a través de plataformas como Airbnb, aseguró que el modelo puede replicarse en la Ciudad de México, pues ambas comparten problemáticas similares.
Desde 2016, Barcelona creó un registro de plataformas que brindan el servicio de alojamiento e inició la emisión de cédulas para identificarlas, con el fin de evitar que continúe el desplazamiento de personas originarias de un barrio, quienes han sido desalojadas tras la compra de edificios en donde vivían para convertirlos en hoteles temporales.
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Esa situación ha sucedido en la Ciudad de México en los últimos años, por lo que ciudadanos y legisladores locales pidieron al Gobierno local regular la actividad.
Además, hoteleros aseguran que es una competencia desleal que ocasiona pérdidas económicas.
La Gerencia de Ecología de Barcelona reveló a El Sol de México que se reunió con las autoridades capitalinas, con el fin de “explicar la forma de actuar y conocer las necesidades” de la CdMx.
En entrevista con este diario, la titular de la Gerencia de Ecología Urbana de Barcelona, Janet Sanz, aseguró que el modelo de regulación puede implementarse en la Ciudad de México debido a que las problemáticas son similares y ejemplificó las zonas saturadas con vivienda cara y el nomadismo digital.
“Ciudad de México tiene una realidad urbanística diferente a la de Barcelona, pero las realidades turísticas y la tipología de problemas derivados de esta actividad son muy similares: zonas muy saturadas donde la vivienda escasea o es demasiado cara, nomadismo digital, turismo de masas, problemas de convivencia vecinal y unas plataformas que están dispuestas a colaborar con las autoridades recaudando impuestos, pero no a compartir datos ni a ayudar a controlar la actividad”, dijo Janet Sanz.
Para que el mecanismo sea exitoso, Sanz considera que las autoridades que desean replicar su regulación deben crear y mantener un censo y registro de actividades turísticas, limitar el número de licencias y emprender un sistema de inspección y de sanciones para controlar la ilegalidad y los anuncios online.
“Nuestro objetivo con el plan era muy claro: detener una actividad que pone en riesgo la vida cotidiana de los barrios y provoca la expulsión de los vecinos de sus casas. Hoy podemos decir que hemos controlado la oferta ilegal y estamos más cerca que nunca de dejarla en cero.
“Queremos un turismo sostenible, que respete el descanso del barrio y el derecho a la vivienda. La actividad turística debe estar bajo control democrático y garantizar el derecho a la ciudad”, indicó Janet Sanz.
Barcelona ha emitido nueve mil 500 licencias para brindar el servicio de alojamiento por plataformas, mismas que no pueden expandirse al considerar que son suficientes, e impone sanciones a aquellas que oferten sus servicios sin mostrar la cédula.
“A partir de esta base legal, desde el Ayuntamiento se requirió a Airbnb y a otras plataformas que retiraran todos los anuncios ilegales de su web, y como no lo hicieron, se les impuso sanciones que en el caso de Airbnb llegaron hasta los 600 mil euros”, mencionó.
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A través de la Oficina de Comunicación Social, el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (IPDP) confirmó que la reunión entre ciudades ocurrió el año pasado –sin precisar el mes–, y no dio detalles sobre los temas comentados o posibles implementaciones.
Hace una semana la plataforma Airbnb anunció cinco ejes para “una regulación innovadora e incluyente”, incluida la coordinación con el gobierno central, continuar con el pago de impuestos, promover a emprendedores de turismo local y fortalecer la redistribución del turismo en las comunidades.