En septiembre de 2016, Braulio Bacilio Caballero, de 13 años de edad, murió tras ser atropellado cerca de la estación Pantitlán del Sistema de Transporte Colectivo (STC), luego de que saliera de su escuela y se dirigiera a esa zona para ayudarle a su mamá a atender en el puesto de tortas de la familia.
Braulio, asegura su papá Miguel Bacilio, era muy apegado a ellos y ayudaba en los deberes de la casa y hasta los apoyaba en sus trabajos. Además, recuerda su afición al futbol que tuvo desde temprana edad, así como su ilusión para entrar a las Fuerzas Armadas.
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Este lunes el cuerpo de Braulio fue entregado a los padres luego de casi seis años de búsqueda, pues en 2016, tras ser atropellado y trasladado al Hospital Balbuena en donde falleció; sin embargo, su cuerpo fue enviado a una fosa común de adultos en calidad de desconocido, situación que impidió que los padres encontraran el cuerpo.
“Mi niño nació el 5 de abril de 2003. Él nació y vivió en Nezahualcóyotl, Estado de México. A él le gustaba el futbol, su equipo son las Chivas; incluso en su página de Facebook tiene su mascota. A él le gustaba la música y su ilusión más grande, pues tenía mucha admiración a la milicia, era ser militar.
“A él lo que le entusiasmaba mucho era ver los desfiles militares, los aviones; incluso en su primaria fue integrante de banda de guerra, le gustaba la trompeta, para él en ese momento era lo máximo”, contó Miguel Bacilio.
Recalcó la gran pasión de Braulio al futbol, afición que adoptó desde temprana edad, pues apenas aprendió a caminar cuando ya pateaba la pelota.
“En sexto de primaria hubo un torneo y él estuvo incluido en el equipo de su escuela; es zurdo por naturaleza y jugaba en la posición en media cancha. Desde pequeño le gustaban las pelotas, empezó a patear sus primeras pelotitas apenas empezando a caminar. Le gustaban los carritos, pero mucho le llamaban atención las pelotas, estaba enamorado de las pelotas, pues”, mencionó.
Exigen justicia por caso Braulio
Debido a la “desaparición institucional”, los padres de Braulio Bacilio interpondrán denuncias contra paramédicos, médicos, policías de investigación y peritos, luego de que enviaran el cuerpo del menor de 13 años a una fosa de adultos.
“Lamentablemente por parte de las autoridades hubo un mal registro, y por tanto no hubo algo que pudiera indicarnos que era mi niño el que estaba ahí (en la fosa de adultos).
"Al momento que ubican las autoridades el cuerpo de mi niño, pasaron cinco años y siete meses, porque nos avisan en el mes de abril; justo estamos por cumplir los seis años, en septiembre”, mencionó.
Miguel Bacilio, junto con un equipo de abogados del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, interpondrán instrumentos jurídicos para determinar las áreas y funcionarios responsables.
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“El día en que desaparece fue justo saliendo de la escuela. Pasó a casa a cambiarse la ropa y a comer; de ahí me pasa a ver en donde trabajaba, que estaba a unas cuadras de la casa, pasó a dejarme mi comida y de ahí se dirigió al lugar en donde desaparece, al Metro Pantitlán, porque iba a apoyar a su mamá en su trabajo, ahí en el paradero en un puesto de tortas”, contó.
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