Dentro del programa de acogida temporal para menores, el DIF de la Ciudad de México ha dado para su cuidado a 62 niños y busca tener más familias que sean parte de este proyecto, con el cual se evitará que los infantes transiten por albergues mientras son adoptados.
En el programa no sólo participan familias tradicionales (conformadas por padre y madre). De acuerdo con información oficial del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, de enero a julio de este año cinco madres solteras, un padre soltero, así como una familia homoparental recibieron a menores de edad en sus hogares luego de pasar por exámenes psicológicos, supervisiones en sus hogares y acreditar la capacitación de familias de acogida.
Algunos de los requisitos son tener 25 años cumplidos, vivir en un hogar saludable y armonioso, acreditar la capacitación de familias de acogida. Además, se tienen que mostrar fotografías de las condiciones del entorno físico en el que, en su caso, se brindará el acogimiento temporal, así como comprobante de no antecedentes penales federal y de la Ciudad de México de los adultos candidatos.
Elvia Angélica Hernández Cruz, madre soltera de 52 años de edad y profesora en proceso de jubilación, indicó en entrevista con El Sol de México que en marzo recibió a César en su hogar ubicado en Nicolás Romero, Estado de México –pues en el programa pueden participar también familias que vivan en la periferia del Valle de México–, luego de que fuera abandonado cuando tenía dos meses en un hospital de la capital.
Además, contó a este diario que conoció el programa debido a que su hermana tuvo la oportunidad de cuidar durante 10 meses a Ana Paula, quien fue encontrada recién nacida en la calle. Ahora, la menor de edad ya se encuentra con su nueva familia.
“Estoy en un proceso de separación todavía, sin divorcio, pero el papá de las niñas no estuvo enterado; yo pensé que había un impedimento, porque recién comenzó mi proceso de separación, pero no.
Cuando me entregan a César, después de pasar una serie de pruebas psicológicas, la única indicación fue que debía de recibir estimulación temprana para el desarrollo de su coordinación motriz. A la fecha es un bebé muy sano, solamente acudimos al pediatra a su revisión mensual”, relató.
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Junto con sus hijas, Daniela, de 23 años, y Fernanda de 19, Elvia Angélica muestra la fotografía de César con orgullo y una gran sonrisa. “Él es, mira”, es lo primero que se escucha antes de hablar de la “personita” que, asegura, les cambió la vida y las unió como familia.
Este mes César estará con sus nuevos padres, quienes iniciaron el proceso de adopción en octubre del año pasado. De acuerdo con la oficina de comunicación social del DIF local, los tiempos de adopción se acortaron de dos años a aproximadamente poco más de seis meses.
Por esto, Elvia Angélica, Daniela y Fernanda aseguraron a este diario que tienen “sentimientos encontrados”, pues se encuentran felices de que el menor esté en su casa con sus nuevos padres; sin embargo, ya habían creado un vínculo que esperan mantener.
“Emocionalmente ya lo hemos trabajado con el psicólogo. Nos sentimos con sentimientos encontrados. Estoy feliz y contenta de que él va a tener esa familia que necesita, y que lo van a acoger con mucho cariño. Ya tienen preparadas cosas para César en su casa, y esa parte me da felicidad, me quedo muy contenta”, aseguró Elvia Angélica.
UN MODELO APLICADO EN EUROPA
Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, ve con buenos ojos el programa que realiza el DIF, y recordó que esto ya se implementó en el estado de Nuevo León con mucho éxito, y en varios países de Europa como Francia, Alemania, España e Italia, además de otros como Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay.
También mencionó la importancia de que menores de edad tengan una familia temporal y no estén en albergues, ya que en éstos a veces se sufre maltrato y abandono, así como abuso sexual. Y recordó el caso de “Mamá Rosa”, quien fue la fundadora del albergue “La Gran Familia” en el municipio de Zamora, Michoacán, en donde niños y niñas fueron abusados y vivían hacinados, además de que no tenían las mínimas condiciones de higiene.
“Son familias que voluntariamente se postulan y que son capacitadas, además de que tienen claro que es una estancia temporal, con el fin de que compartan con ellos su dinámica familiar. Idealmente tiene que ser de diversidad familiar, de todo tipo, incluso familias homoparentales”, mencionó Pérez García.
A la fecha, en el programa Hogares de Corazón un total de 62 niños han sido acogidos por 60 familias de enero a agosto de este año. Para diciembre el DIF local tiene proyectado que 200 familias participen. “Doscientos suenan bien, aunque son pocas para la cantidad de niños en albergues, que son alrededor de 33 mil en todo el país, y agrégale niños en procesos migratorios”, indicó.
El pasado 30 de julio el DIF local dio a conocer este proyecto, evento en el que Matilde Luna, directora de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar, comentó que la finalidad es convocar a los habitantes de la ciudad a incorporarse al programa Familias de Corazón.
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Luna detalló que el DIF cuenta con un equipo muy preparado con herramientas para acompañar la labor de las Familias de Acogida.
“Se trata de recibir temporalmente a un niño o niña en su hogar, abrir las puertas, abrir su corazón a menores que lo necesitan, realmente ser Familia de Acogida puede cambiar el rumbo de la vida de un niño, recibir en ese lapso de tiempo el cuidado amoroso, ser acompañado para luego enfrentar lo que la vida le depare es muy importante para la vida de ese niño, se trata de sumar vínculos”.