Las calacas y lloronas van en dos ruedas directo al más alla, pero antes, este sábado rodaron en el gran paseo nocturno en bicicleta para cerrar con broche huesudo los festejos mortuorios en la CDMX.
Los golosos y tragones del panteón que llegaron a las ofrendas a darse un un festín, quemaron esas llantitas en el recorrido de 18 de kilómetros que fue desde la Fuente de Petróleos pasando por el Ángel de la Independencia hasta la avenida 5 de febrero.
A la una, la calaca no salió de su tumba, el evento comenzó a las 19:00 horas y para estar en forma como la huesidita, la Secretaria de Movilidad dispuso de actividades para mover las caderas con activaciones físicas, baile, música en vivo y préstamo de bicicletas.
Mientras la noche avanzaba, los espíritus chocarreros continuaron invadiendo las avenidas, el requisito opcional para esta fecha y formar parte de esta procesión era traer el disfraz tradicional y así darle gusto a la huesuda para ganar premios como patines, bicicletas y patines del diablo.